(W) Ecos Sindicales: Operación Panal
CIUDAD DE MÉXICO, 12 de julio de 2018.- Simples coincidencias centenarias históricas: dos dictaduras sucumbieron a causa del autoritarismo y la pobreza; la corrupción, la impunidad y el reclamo popular.
En 1911 el Partido Nacional Antirreeleccionista triunfó con Francisco I Madero para derrocar a la treintañera dictadura de Porfirio Díaz. Transcurrieron más de cien años para que el naciente Movimiento de Regeneración Nacional -Morena-, creado en 2014 por Andrés Manuel López Obrador, realizara una proeza semejante a la maderista al derrotar el 1° de julio al nonagenario priismo enquistado en el gobierno y, de paso, eliminar del panorama electoral a otros partidos para enviarlos a la fosa común.
La hazaña de 1910 inició la revolución que transformó al país. La arrolladora votación de julio que eligió presidente a López Obrador anuncia la cuarta transformación de la República.
En esos cien años, políticos avezados y mañosos; incontables vividores de la política y legiones de aprendices que medraron a costa de ciudadanos incautos y del erario público cayeron en cárcavas anónimas. Durante un siglo decenas de partidos políticos, con mediana o efímera existencia, colmaron el osario político nacional.
En esa sepultura genérica yacen hacinados todos los políticos deshonestos, borrados por el tiempo. Solamente lambiscones posrevolucionarios mencionan a Plutarco Elías Calles, padre del nonagenario Partido Revolucionario Institucional, en las decadentes conmemoraciones de 1910.
PARTIDOS A LA FOSA COMÚN
Es conveniente referirse a los ancestros de los políticos actuales que vegetan de la política. Transcribimos una menguada lista de partidos que los sustentaron:
Partido Liberal Mexicano—pilar de las reelecciones del general Porfirio Diaz; Partido Nacional Antirreeleccionista– que encumbró en el gobierno a Francisco I Madero.
En la época revolucionaria y posterior aparecieron y murieron:
Partido Progresista, Partido Liberal Constitucionalista, Partido Comunista Mexicano, Partido Laborista Mexicano, Partido Nacional Revolucionario—abuelo del PRI-, Partido de la Revolución Mexicana—papá del PRI–, Partido Revolucionario de Unificación Nacional. Partido Acción Nacional (PAN).
Para facilitar la identificación de algunos grupos surgidos en las sucesivas décadas de 1940 anotamos siglas:
Federación de Partidos del Pueblo Mexicano (FPPM), Partido Popular Socialista (PPS), Partido Nacionalista Mexicano (PNM), Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM), Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT), Partido Demócrata Mexicano (PDM).
Partido Socialista de los Trabajadores (PST), Partido Social Demócrata (PSD), Partido Socialista Unificado de México (PSUM), Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional (PFCRN), Partido Mexicano Socialista (PMS), Convergencia—actual Movimiento Ciudadano—(MC), Partido Nueva Alianza (PNA), Partido Encuentro Social (PES), Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
LA RECURRENTE CATARSIS
Aunque estén en la orilla de la sepultura es menester mencionar al Partido de la Revolución Democrática (PRD) y al ruinoso Partido Revolucionario Institucional (PRI), cuyos dirigentes ante la aplastante derrota en las elecciones para renovar los poderes de la Unión recurren ya a la manida catarsis para consolarse y ver la posibilidad de superar quién sabe en cuántos años al ciclón llamado Morena.
ADIÓS, PARA SIEMPRE ADIÓS
En virtud de que con este comentario no se trata de hacer leña del árbol caído, dado que el PRI y los partidos Nueva Alianza—Panal—y Encuentro Social—PES- son como dice la canción “pobre leña de pirú que no sirve ni pa ´arder, preferimos decirles adiós en varios idiomas:
¡Adiós, para siempre adiós!; en italiano: Arrivederci; en francés: Au revoir; en chino: Zái jián; en japonés: Sayonara; en alemán: Auf Wiedersehen; en inglés: Good bye; en otomí: Maje; en náhuatl, Timotan o Aneh.