
Radar político/Martiniano, faltan muchos...
MÉRIDA, Yuc., 21 de julio de 2025.- The King goes mad, expresión propia de ficción, no así es la realidad; pertenece a los ámbitos nacional y norteamericano, y alude a los líderes mayores de las dos naciones. Sus dificultades los llevan al extravío. Donald Trump encara el mayor escándalo por los archivos Epstein, que remite a un círculo de abusadores sexuales, violadores en la alta sociedad de Nueva York; todo indica que era muy estrecha la relación con el personaje, Jeffrey Epstein, quien se suicidó en cárcel a la espera de condena. López Obrador vive su propia tragedia, bajo la protección de un régimen con dificultades en muchos frentes. El costo de blindarlo se eleva significativamente; casos como el del huachicol fiscal o la violencia en Tabasco a él remiten.
Trump y su movimiento político hicieron de los archivos Epstein y del asesinato de John F Kennedy, recurso para alimentar en sus seguidores teorías conspirativas. Revelar las investigaciones se naturalizó como exigencia de sus seguidores y la fiscal Pam Bondi afirmó tener el expediente, que se publicaría. Trump se retractó, alentando toda clase de especulaciones por sus vínculos personales con el depredador sexual, provocando indignada recriminación de sus propios adherentes. El Wall Street Journal, propiedad del magnate Rupert Murdoch, uno de sus aliados, publicó una muy comprometedora carta de Trump a Epstein, que dio origen a que el presidente demandara al periodista, al medio y al propietario.
Un error elemental, es previsible que Trump se retracte de la demanda ya que lo obligaría a comparecer ante juez bajo promesa de decir verdad sobre la naturaleza de una relación que ahora niega, además de muchas de las otras historias que circulan en un asunto que es el escándalo mayor de los muchos que ha enfrentado como empresario, político y persona. Donald Trump se juega todo y la adversidad lo vuelve peligroso en extremo por su megalomanía. El fracaso lo vuelve loco, aún más.
Todo esto pareciera muy ajeno a México y a los asuntos de la relación bilateral; pero, no. Trump podría estar herido de muerte de ganar los demócratas la mayoría en la Cámara de Representantes en noviembre del próximo. El entorno se complica con una opinión pública adversa, problemas serios en el frente económico, enojo de la población por el retiro de servicios fundamentales, fracasos en el exterior, su afrenta al poder judicial y a la ley y, posiblemente, un disparo de la inflación. Un ambiente explosivo que llevaría a la deposición del presidente Trump. Un rey acorralado: Trump, dispuesto a todo, sin sentido de los límites ni de la elemental decencia política.
México es objeto de grave amenaza por la imagen de un país bajo control criminal y la manera en que se manipula a la opinión pública norteamericana por el fentanilo. Actúa bajo la tesis de que no es un problema de salud pública, sino de seguridad fronteriza. Una agresión militar no debe descartarse, tampoco una manipulada acción judicial contra figuras relevantes de la economía, política y gobierno. La sospecha está sembrada y los errores propios la propician y alimentan. Para Trump recurrir al tema de migración ya no da mucho porque la opinión pública pasó de una postura conservadora a una de mayor tolerancia y comprensión del problema económico y social que habría si los migrantes indocumentados son deportados masivamente. Igual el tema de los aranceles que incrementa la inestabilidad económica y la inflación.
La alerta para México es mayor conforme se incrementa el riesgo del presidente Trump y la presión para liberar el expediente Epstein. Trump está entrampado y cosechando lo sembrado no sólo por su conducta ilegal, también por la grosera agresión a sus adversarios demócratas, a los expresidentes Biden y Obama, a su competidora Kamala Harris y a los gobernadores y alcaldes que no se le someten. Además, ha lastimado al servicio civil de dependencias fundamentales y a la academia por su enfrentamiento y agresión a las universidades emblemáticas del país, también fundamentales para el liderazgo global de EU en el ámbito de la ciencia y la cultura.
Golpear a México puede resultar muy tentador a manera de alterar el cuadro político existente y mover a la opinión pública hacia un tema favorable. Cierto que el gobierno de México ha hecho mucho para acreditar compromiso, pero no se trata de gratitud, reciprocidad, justicia o amistad. Donald Trump y los suyos operan a partir de otra lógica. Todo se puede esperar de un rey que, a partir de su desgracia, va en una deriva de franca locura.