
El uso del pasado
Twitter: @OswaldoRamirezG
<<La prensa no solo es el arma más poderosa contra la tiranía y el despotismo, sino el instrumento más eficaz y más activo del progreso y de la civilización>>
Francisco Zarco. Político, periodista y escritor mexicano (1829-1869).
Para un personaje de su tiempo, Francisco Zarco fue congruente con sus principios; miembro del Congreso Constituyente de 1856 y escritor liberal de la Reforma. Ferviente defensor de la libertad de imprenta. Aunque escribió ensayos históricos y obras literarias, quizás el trabajo de Zarco que más destacó fue como articulista en periódicos como “El Siglo Diez y Nueve”, trinchera editorial desde donde defendió los principios liberales, en particular en contra de los ataques de la prensa y oposición conservadora. Sin embargo, cabe decir que también fue un severo crítico de la tibieza liberal, sobre todo cuando ésta no hizo pronunciamiento alguno condenando los afanes intervencionistas europeos, poniendo de ejemplo que mejor periódicos independientes de Francia, Inglaterra y España manifestaron su indignación a favor de la soberanía mexicana y fuera de el no hubo otro señalamiento ni en lo particular ni editorial que apelara en contra de la invasión (Artículo editorial publicado en El Siglo Diez y Nueve, el 13 de abril de 1862).
Los tiempos cambiaron, y con el ocaso de periódicos como “El Monitor Republicano” y el ya citado “El Siglo Diez y Nueve”, se dio paso a una nueva etapa en la historia de la prensa mexicana. Durante el porfiriato el órgano oficial de la difusión del sistema fue “El Imparcial”, que a saber del nombre era todo lo contrario, pues se trató de una publicación que defendió y exaltó “el Orden y Progreso” del régimen. Ello no impidió que se imprimieran periódicos contestatarios, que al mismo tiempo fueron duramente perseguidos, tal fue el caso de “El Hijo del Ahuizote” o “Regeneración”, este último obra de los hermanos Flores Magón.
El siglo XX en México y en el mundo trajo consigo una revolución en los medios de comunicación; en el plano editorial la prensa dio a luz algunos de los mayores y más populares diarios; Excélsior, Novedades, Ovaciones, El Sol de México, Reforma, El Universal y La Jornada, este último originado en 1984 por un grupo de periodistas disidentes del diario Uno Mas Uno, del que a su vez habían abandonado el diario Excelsior, debido a que alegaban hubiese mayor libertad de prensa.
Con el arribo a la tecnología, hacia finales de la década de 1990 y principios del siglo XXI, poco a poco gran parte de estos diarios mudaron del papel (sin dejar por completo sus publicaciones físicas), a los blogs de noticias y plataformas electrónicas en páginas web, y hasta hace algunos años extendieron sus dominios a redes sociales haciendo del Instagram, Twitter y Facebook sus apéndices principales de información.
Ahora bien, estamos ciertos de que cada prensa y publicación atiende a razones corporativas e individuales, y que hoy en día pocas son las plataformas o autores genuinos que tienen un espacio o que de manera independiente hacen eco de estos medios para criticar los vicios del sistema. Estamos de acuerdo que el régimen priísta y los dos sexenios de panismo han sido los grandes motores de financiamiento para la prensa. Pero no son la excepción, porque como lo señalé párrafos atrás, Porfirio Díaz hizo lo mismo con “El Imparcial” e incluso Benito Juárez con “El Siglo Diez y Nueve”, y seguramente en otras latitudes pasa lo mismo con periódicos como “O Globo” (Brasil), “El Clarín” (Argentina), “The New York Times” (Estados Unidos) y demás diarios.
La prensa es un medio que revolucionó el mundo de la comunicación desde mediados del siglo XIX, se convirtió en un vertedero de ideas, un medio de confrontación y debate, pero a la vez en un modelador de la opinión pública. Como tal su función informativa no solo ha servido (y sirve) para informar, sino para generar un discurso de acuerdo con el sesgo ideológico de cada diario o bien de lo intereses de los mecenas, que como dijimos entre ellos están gobiernos de todos los niveles. La combinación de estos dos factores ha valido para que se conviertan en una fuerza importante en la toma de decisiones e incluso en la manipulación de la “verdad”. No por nada es considerado el Cuarto Poder, el cual complementa, condiciona, concilia, acuerda o confronta, según convenga, a los otros tres (Ejecutivo, Legislativo y Judicial).
Lo anterior como copia y principio fiel de lo que el ministro de propaganda nazi Joseph Goebbels llevó a cabo con la propaganda a favor de su partido, su líder y régimen fascista alemán, “una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”. Si bien es cierto no se trata de desacreditar a todos los periódicos, sino de ponerlos en perspectiva de acuerdo con el contexto. Pues, aunque el origen de los periódicos nos remonta hasta al Edad Antigua no fue sino gracias a la Ilustración Francesa que se convirtieron en un medio que dotó de reflexión, libertad y no solo como aparato propagandístico de un régimen sino como medio noble y revolucionario de ideas.
Por ello, cuando vemos la indignación y exaltación de periódicos como “El Universal” y “Reforma” cuando el presidente Andrés Manuel se refiere a ellos como “pasquines inmundos”, entendemos que su poder hasta cierto punto se ha minado. Ello por exceder los límites de lo permitido, degenerando en la desinformación y subestimando a sus lectores, a quienes desprecian y los ven solo como un objeto desechable y manipulable en el otrora mundo globalizado y neocapitalista. La evidente decadencia y la carente financiación de estos por parte del sexenio actual los pone al desnudo al ver la desinformación con la que pretenden inundar nuevamente la opinión publica a favor de intereses facciosos. Esto explica en gran parte la intentona de promover por medio de Denise Dresser, popular analista de derecha, la cancelación de las Conferencias Mañaneras de nuestro Huey Tlatoani. Pero no me mal entiendan, también en las mañaneras como en las “Venditas Redxs $ociales” se impone agenda, pero de ello ya hablaremos en otra ocasión…
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.