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Los retos y desafíos de las administraciones municipales entrantes en el Estado de Hidalgo: breves reflexiones axiológicas.
«El primer paso de la ignorancia es presumir de saber»
Baltasar Gracián – Sacerdote Jesuita y Escritor Español del Siglo de Oro.
PACHUCA, Hgo., 6 de septiembre de 2024.- El municipio ha sido históricamente la célula básica de la organización territorial y política en México. Desde la promulgación de la Constitución de 1917, que consagró el municipio libre, las administraciones municipales han jugado un papel crucial en la vida cotidiana de los ciudadanos.
Sin embargo, el contexto actual demanda que las nuevas autoridades municipales en el Estado de Hidalgo, que el día de ayer asumieron el cargo, enfrenten una serie de desafíos que no solo son locales, sino que también se extienden a niveles estatales, regionales, nacionales y globales.
El concepto de municipio libre, consolidado en la Constitución de 1917, otorgó a las administraciones municipales la autonomía necesaria para gestionar sus propios asuntos, con independencia relativa del poder estatal y federal. En Hidalgo, esta autonomía ha sido un pilar fundamental para el desarrollo de las comunidades locales. Sin embargo, la historia también muestra que los municipios han enfrentado dificultades constantes, como la escasez de recursos y la falta de capacidades técnicas, que han limitado su capacidad para responder eficazmente a las demandas de la ciudadanía.
El momento coyuntural que vive Hidalgo con la llegada de nuevos presidentes y presidentas municipales se enmarca en un contexto de renovación política y expectativas ciudadanas. Estos nuevos liderazgos representan una oportunidad para redefinir la agenda municipalista en el estado, abordando problemas crónicos como la transparencia, la rendición de cuentas y la eficiencia en la prestación de servicios públicos. El momentum actual está también influido por factores externos, como la centralización (disfrazada de descentralización) promovida a nivel federal y las reformas, en materia de gestión pública y judicial principalmente.
En este sentido, uno de los mayores desafíos que enfrentan las administraciones municipales, en los estados donde hay renovación de las alcaldías, es la profesionalización de sus estructuras administrativas. A menudo, los municipios lidian con una rotación constante de personal y la falta de formación especializada. Los presidentes y presidentas municipales provienen de liderazgos locales o movimientos sociales que, si bien pueden tener una gran legitimidad y apoyo popular, carecen de la formación técnica necesaria para enfrentar los desafíos complejos de la administración pública. Esta carencia de conocimiento y experiencia en gestión municipal limita la capacidad de los gobiernos locales para implementar políticas efectivas, planificar a largo plazo y manejar recursos de manera eficiente.
La falta de profesionalización se manifiesta en la limitada capacidad para interpretar y aplicar correctamente las normativas, gestionar proyectos de infraestructura, optimizar el uso de los recursos y desarrollar políticas públicas basadas en evidencia, lo cual agrava la problemática, perpetuando un ciclo de ineficiencia y falta de resultados concretos.
Además, la dependencia de los recursos federales y estatales limita la autonomía financiera de los municipios, obligándolos a seguir una agenda dictada desde niveles superiores de gobierno, lo que puede no siempre alinearse con las necesidades locales. Igualmente la falta de infraestructura básica, como agua potable, saneamiento y caminos rurales, sigue siendo un obstáculo importante para el desarrollo.
Otro desafío crítico es la adaptación a las nuevas realidades tecnológicas y sociales. La digitalización de los servicios públicos es una necesidad urgente, pero muchos municipios carecen de la infraestructura y el personal capacitado para llevarla a cabo. Asimismo, la creciente demanda de transparencia y participación ciudadana exige que los gobiernos municipales desarrollen mecanismos innovadores para involucrar a la comunidad en la toma de decisiones.
El reto de la gobernanza metropolitana se hace cada vez más evidente en zonas urbanas y conurbadas de Hidalgo. La coordinación entre municipios, especialmente en la gestión de servicios públicos compartidos, requiere de un enfoque colaborativo y una planificación a largo plazo que trascienda los periodos electorales.
Un desafío adicional es la fragmentación social y la creciente demanda de servicios públicos de calidad. Las nuevas administraciones deben encontrar maneras de mejorar la cohesión social, garantizar la seguridad y proporcionar servicios esenciales, todo ello en un contexto de recursos limitados y expectativas crecientes.
A nivel estatal, los municipios de Hidalgo deben enfrentarse a la realidad de una administración estatal que también está en proceso de transformación. La coordinación entre el gobierno estatal y los municipios es crucial para garantizar que las políticas públicas sean efectivas y estén alineadas con las necesidades locales. Sin embargo, las tensiones políticas y las diferencias en las prioridades pueden dificultar esta coordinación.
Además, la competencia por recursos entre los diferentes municipios y regiones del estado puede exacerbar las desigualdades territoriales. Los municipios más pequeños y menos desarrollados a menudo se encuentran en desventaja en comparación con sus contrapartes más urbanizadas, lo que perpetúa un ciclo de desigualdad.
A nivel regional, los municipios de Hidalgo forman parte de un entramado más amplio que incluye a estados vecinos con los cuales comparten problemas comunes, como la gestión de recursos hídricos, la movilidad y la contaminación. La necesidad de una gobernanza metropolitana eficiente se hace cada vez más evidente, especialmente en áreas conurbadas como la zona metropolitana de Pachuca. La falta de una planificación regional coherente puede llevar a una prestación ineficiente de servicios y a conflictos entre municipios vecinos.
En el contexto nacional, las administraciones municipales en Hidalgo deben navegar un entorno político y económico en constante cambio. La centralización del poder en México ha sido un tema recurrente, y aunque se han hecho esfuerzos para descentralizar y empoderar a los gobiernos locales, la realidad es que los municipios todavía dependen en gran medida de decisiones tomadas a nivel federal.
Además, la creciente polarización política y las reformas en curso, impactan directamente en la capacidad de los municipios para recaudar ingresos propios y gestionar sus finanzas de manera efectiva. La presión para cumplir con normativas federales, a menudo sin los recursos necesarios, agrega otra capa de complejidad a la gestión municipal.
Finalmente, a nivel global, los municipios en Hidalgo, como en el resto del mundo, enfrentan desafíos que trascienden fronteras. El cambio climático es uno de los más apremiantes, afectando todo, desde la disponibilidad de agua hasta la agricultura y la infraestructura. Las administraciones municipales deben prepararse para mitigar y adaptarse a los efectos de eventos climáticos extremos, que serán cada vez más frecuentes y severos.
La globalización también presenta desafíos y oportunidades. Mientras que abre mercados y fomenta el intercambio de ideas y tecnologías, también crea presiones sobre los municipios para competir en un escenario global. La atracción de inversiones extranjeras y la mejora de la competitividad local son tareas complejas que requieren una visión estratégica a largo plazo.
En conclusión, las nuevas administraciones municipales en Hidalgo están en una posición única para enfrentar una variedad de desafíos que van desde lo local hasta lo global. Si bien las limitaciones históricas y estructurales son significativas, el momento actual también ofrece oportunidades sin precedentes para la innovación y el cambio. La clave estará en cómo estos gobiernos locales puedan articular sus agendas con los niveles estatal, nacional y global, al tiempo que se mantengan receptivos a las demandas de la ciudadanía. Para lograrlo, deberán adoptar un enfoque que combine la innovación con la tradición, la eficiencia con la participación, y la autonomía con la colaboración intergubernamental. Solo así podrán enfrentar con éxito los desafíos del presente y sentar las bases para un futuro más próspero y equitativo para todos los habitantes del estado.
Este es un momento decisivo para las administraciones municipales en Hidalgo. La historia les ha enseñado lecciones valiosas, y el momentum actual les ofrece la plataforma para implementar cambios significativos. Sin embargo, los desafíos son formidables y requerirán de una visión clara, un liderazgo firme y un compromiso genuino con el bienestar de la ciudadanía.
Los buenos resultados que ofrezcan estas administraciones dependerá de su capacidad para adaptarse, colaborar y liderar con una visión que integre las diversas escalas de desafío que enfrentan. En un mundo cada vez más interconectado, los municipios de Hidalgo tienen el potencial de convertirse en modelos de gobernanza efectiva y sostenible, siempre y cuando se les dé el apoyo y la autonomía necesarios para cumplir con esta misión.
Para que las nuevas administraciones municipales en Hidalgo puedan enfrentar con éxito los desafíos que se presentan a múltiples niveles, es fundamental que adopten una ruta crítica que incluya varios componentes clave:
La implementación de esta ruta crítica no solo permitirá a las administraciones municipales en Hidalgo enfrentar los desafíos actuales, sino también sentar las bases para un desarrollo más equitativo, sostenible y participativo en el largo plazo. La profesionalización, el uso de la consultoría especializada y la cooperación intermunicipal son componentes esenciales para transformar la gestión pública local y responder eficazmente a las demandas de la ciudadanía en un escenario cada vez más complejo e interconectado.
Nos saludamos pronto.
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.