Radar Político: Penchyna, de moda
CIUDAD DE MÉXICO, 6 de septiembre de 2016.- Una nota del periodista Raymundo Riva Palacio publicada el pasado 2 de septiembre, por el periódico El Financiero (la cual no ha sido desmentida) y repetida posteriormente por otros medios acerca de que ante la inminente visita a México del Candidato Republicano a la Presidencia de los Estados Unidos Donald Trump, el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong habría manifestado su desaprobación y ante la negativa de cancelación del evento, este habría ofrecido su renuncia al Presidente Peña Nieto.
Este evento coyuntural le llegó al Secretario de Gobernación en el momento político más oportuno, ya que durante los últimos meses su imagen se había visto progresivamente deteriorada, principalmente por los desmanes de la CNTE; y su firme oposición en este caso a la visita de Trump revirtió esa tendencia y reavivó la imagen de Osorio Chong en su probable búsqueda de la candidatura de su partido para las próximas elecciones presidenciales.
Es del conocimiento popular, que aunque aún le faltan 2 años de gobierno a la presente administración, la carrera por la candidatura presidencial en todos los partidos políticos hace rato que empezó; y dentro del PRI existen por lo menos 3 grupos políticos que la están buscando.
Uno de ellos y seguramente el más importante es el denominado Grupo Atlacomulco, cuyas cabezas visibles para la próxima contienda presidencial son el Secretario de Hacienda Luis Videgaray, el Secretario de Educación Aurelio Nuño Mayer y el Gobernador del estado de México Eruviel Ávila; otro encabezado por Manlio Fabio Beltrones y el liderado por el Secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong.
Y aquí es donde cobra relevancia para este análisis la nota publicada por el periódico El Financiero; ya que según RivaPalacio, el arquitecto de esta reunión fue Luis Videgaray, quien convenció al presidente de que esta fuera llevada a cabo con el argumento de que “o se acercaban a Trump, o el 8 de Noviembre si ganaba la elección, seria la catástrofe económica para México”.
También dice RivaPalacio que esta reunión fue concertada en el mes de Agosto a través de un empresario mexicano (sin mencionar nombre) y Jared Kushner (yerno de Donald Trump); y que cuando el evento fue presentado al gabinete este se fracturó y tres secretarios de estado se enfrentaron; por un lado Osorio Chong se ofreció como chivo expiatorio para un desaire de último minuto y se cancelara el encuentro, agregando que después aceptaría ser despedido; y la Canciller Claudia Ruíz Massieu, quien al considerar haber sido excluida de un proceso que era de su exclusiva competencia, presentó su renuncia (proposiciones que no le fueron aceptadas); y por el otro Luis Videgaray, a quien el presidente respaldó de principio a fin, según RivaPalacio.
¿Pero el argumento de Videgaray de que “o se acercaban a Trump, o el 8 de Noviembre si ganaba la elección, sería la catástrofe económica para México”, fue lo único que lo motivó a promover esa reunión o podría haber tenido otras razones?
Sé que estoy entrando en el terreno de la especulación; pero de ser ciertas las afirmaciones de Raymundo RivaPalacio, no puedo entender cómo una persona tan experimentada políticamente como el Secretario de Hacienda Luis Videgaray corrió el riesgo de no medir correctamente las posibles reacciones que podría tener un personaje tan plenamente identificado como prepotente y sicótico como Donald Trump, ante una invitación del Presidente de México, sabedor con anterioridad de la previa animadversión que Trump tiene por México y los mexicanos.
O tal vez sí.
Y si sucedió así, aquí yo alcanzaría a ver dos escenarios posibles en las consideraciones de Videgaray; el primero es, que en los contactos previos que tuvo con el yerno del señor Trump, le debería haber manifestado a este que una reunión con el Presidente de México mucho les convenía, porque esto les podría significar un acercamiento con los mexicanos que tienen parientes votantes en los Estados Unidos; y a su vez el yerno referido seguramente le hizo alguna promesa de que en su visita el candidato republicano se comportaría de una manera muy diferente a como venía actuando anteriormente. Acontecimiento que de darse de esa manera a Videgaray le permitiría colgarse una medalla por la promoción del evento y utilizarlo posteriormente como trampolín para sus aspiraciones políticas.
Y el segundo, que de no darse de Trump la respuesta esperada en su visita (que fue tal y como sucedió), siempre se podría cargarle el muertito a la Canciller y al Secretario de Gobernación, como responsables de la política exterior e interior de México, lo cual de pasada le daría adicionalmente una raspada a las aspiraciones presidenciales de su adversario político Osorio Chong.
Pero creo que lo que nunca calculó en esos escenarios fue que ambos secretarios vislumbraran la celada y presentaran sus renuncias previamente a la realización del evento, las cuales fuesen aceptadas o no, los exoneraba a priori de la responsabilidad del resultado de la visita; y otra cosa más que tampoco calculó es que esas renuncias podrían resultar ser una papa muy caliente y que ellas podrían en un momento dado ser del conocimiento público.
Pero hay que dejar a un lado las especulaciones y regresar a hacer un análisis de que realmente sucedió y sus consecuencias.
O usted ¿qué opina?