
El cambio que nadie advierte
PACHUCA, Hgo., 28 de abril de 2025.-Las instituciones en la administración pública son entes vivos y con memoria. De igual manera los sectores que atienden.
Desde esta perspectiva se recuerdan las buenas acciones y las malas. Los sectores que atienden pueden recordar acciones puntuales que dieron buenos dividendos, más si estas fueron continuos.
En ese sentido no es común realizar la investigación de los proyectos y acciones que no se institucionalizaron, sin embargo, al realizarse generaron impacto positivo. Si estas se detectan es importante corroborar que el contexto institucional actual permite replicar dichas acciones.
Revisar los archivos para ubicarlas es complicado por no decir imposible, iniciar procesos de escucha activa es una herramienta que permite visibilizar esas acciones que dejaron memoria e impacto en la comunidad, que sumaron a construir o fortalecer las instituciones.
Si bien cada administración tiene una visión y la alternancia política generalmente se presenta porque la ciudadanía no está de acuerdo con una manera de gobernar, no necesariamente todo lo anterior estuvo equivocado. Las instituciones, programas y acciones son perfectibles, esto también se presenta al haber continuidad se fortalecen los programas y acciones, sobre todo si fueron bien recibidos.
Reconocer que las instituciones tienen una memoria viva implica entender que las buenas prácticas no pertenecen a una administración o a un partido, sino a la ciudadanía que las vivió y las hizo parte de su día a día. Recuperarlas no es retroceder, es honrar el esfuerzo colectivo y dar continuidad a aquello que demostró su valor en la práctica. Solo quienes son capaces de mirar con respeto el trabajo previo pueden aspirar a construir un mejor futuro.
Reflexionar sobre el pasado reciente no es un acto de nostalgia, sino una oportunidad para construir sobre bases sólidas. A veces, algunos caminos ya han sido transitados. Escuchar al sector, rescatar la memoria viva y ubicar las acciones es acertadas es un acto de responsabilidad pública. La pregunta en el tintero es ¿seremos capaces de aprender del pasado para mejorar el presente?