Vivir en el mundo paralelo
PACHUCA, Hgo., 9 de diciembre de 2024.- En septiembre de este año, distintos líderes mundiales adoptaron el Pacto por el Futuro durante la Cumbre del Futuro de la ONU, una iniciativa que busca reforzar la cooperación global frente a desafíos críticos como el cambio climático, las desigualdades sociales, la gobernanza digital y los derechos de las futuras generaciones. Este documento, aunque ambicioso, no es vinculante, lo que plantea interrogantes sobre su viabilidad en un escenario global fragmentado.
El Pacto incluye compromisos emblemáticos como el Pacto Digital Global y la Declaración sobre las Generaciones Futuras, proponiendo marcos para regular las tecnologías emergentes y proteger los derechos de quienes aún no han nacido. Además, aborda reformas en la gobernanza global, reflejando la urgente necesidad de renovar instituciones internacionales para responder mejor a las realidades contemporáneas.
Sin embargo, el éxito de este acuerdo depende de la voluntad política de los Estados. Aunque fue respaldado por 143 países, los conflictos actuales —como la guerra en Ucrania y las tensiones económicas entre China y Estados Unidos— subrayan el escepticismo hacia el multilateralismo. Además, la falta de compromisos financieros concretos para apoyar a los países en desarrollo en la transición energética y otros desafíos limita su impacto práctico.
El Pacto tiene el potencial de ser un hito transformador, pero necesita más que palabras ser vinculante para volverse una auténtica agenda global. Es crucial que los países prioricen la acción colectiva sobre los intereses nacionales a corto plazo. Solo así podremos convertir esta visión en una herramienta real para abordar los problemas globales y garantizar un futuro más justo y sostenible.
La moneda está en el aire: ¿estarán los gobiernos dispuestos a sacrificar parte de su soberanía para asegurar el bienestar global? La respuesta definirá no solo el éxito del Pacto, sino también el rumbo del multilateralismo en las próximas décadas.
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.