No alcanza
Twitter: @OswaldoRamirezG
Estamos a punto de entrar al Maratón Guadalupe-Reyes, aunque para algunos (si no la mayoría), el maratón inició desde aquel puente del 21 de marzo, Temporada cliché de ”Paz, reflexión y nostalgia”. Al mismo tiempo el semáforo preventivo no avanza del color naranja en la mayoría de los estados. Esto nos debería de alegrarnos ¿no? Significa que para entrada la quincena más del 60% del territorio mexicano será una naranjada de vitamina “c” lo cual no debería servir de algo para protegernos parcialmente de resfriados, gripes y por supuesto del Covid-19, digo en lo que llega la vacuna tan esperada.
A propósito de dicho color no se nos olvide que en nuestro país vecino aún se debaten entre los resultados finales y el hipotético fraude. Esta semana el reconteo le ha dado la anulación de los resultados en algunos estados de la Unión Americana al aún presidente Donald Trump quien tal vez ruborizado volvió a resaltar ese bello, exótico y sin igual bronceado color zanahoria. Quizás para navidad Santa Claus le envíe un e-mail con resultados favorables, aunque yo creo que con todo la anulación, la victoria será sin duda (y es) de Joey Biden…
Eso me reconforta en cierta manera, puesto que no leeré comunicados de la derecha mexicana humillándose nuevamente rectificando su apoyo hacia el aún presidente; para ellos como para el insufrible ex presidente Felipillo CaldeDrunk, quien estas fechas se ha vuelto un bohemio (que digo bohemio) un nostálgico recordando los “logros” de su sexenio. El pobre Felipillo le suspira a que una vez sentado en EE.UU., el buen Joey emprenda otro Rápido y Furioso en nuestro país. Esto a propósito de que en el actual sexenio no ha habido guerra contra el crimen organizado solo Abrazos y más abrazos (fuchi caca a los balazos)… Y entre este apapachadero padre de nuestro presidente y la 4T, algunas regiones de Michoacán, Veracruz y Sonora la población siguen esquivando las balas como en los buenos tiempos del Calderonato.
Y hablando de la derecha y sus nostalgias, esta semana me extraño no leer como se desgarraban sus vestiduras en torno a si el color de su corbata combina con su traje y si ahora si lustraron sus zapatos, porque según ellos “es el peor presidente que México ha tenido” ¡Claro! Confiados en los lejanos castillos de papel que se construyeron desde el sexenio de Salinas De Gortari; para ellos el chupacabras tricolor era igual de hermoso que el Arcángel Gabriel y los doce años de PANiaguadismo fueron como tener el cielo en tierra azteca. Antes bien los temas fueron otros además de la crítica al informe presidencial.
Para no variar en este tono Lilly Téllez nos sorprendió con algunos desvaríos prenavideños pues propuso otorgar la Medalla Belisario Domínguez a Carlos Loretito de Mola ¡Que suerte no? Si de eso se trata entonces que proponga a Silvano Aureoles como Premio Nobel de la Paz y bueno ya encarrilados que Enrique Alfaro sea el nuevo DT de las Chivas o mejor del Cruz Azul. Digo aun no llegamos a quincena y esta señora ya empezó con las inocentadas.
Pero volviendo al título de lo que hoy nos trae, la letra “c” que tan de moda está estos días y no solo por la vitamina, sino por algunas declaraciones del Jefe del Ejecutivo quien la semana pasada presentó su Segundo Informe de Gobierno, acto protocolario que pareció más una conferencia mañanera formal que otra cosa. Cierto ha habido avance en apoyos sociales, la redistribución de los ingresos permitió amortiguar parcialmente hasta ahora los efectos de la crisis económica, el precio de los energéticos se ha mantenido, al igual que el precio del dólar respecto al peso. El combate contra la corrupción por medio de la oficina de Inteligencia Financiera ha rendido sus frutos atrapando unos cuantos peces gordos, pero su proceso y el embargo de sus bienes mal habidos se ve lejano, considerando las ambigüedades de nuestras leyes y la alcahuetería del Poder Judicial.
Sin embargo, lo anterior no quiere decir que todo sea miel sobre hojuelas como aseguran algunos obradoristas no se queden atrás; ni bien terminaba el informe el presidente y las redes estaban inundadas de consignas “AMLO el mejor presidente de la historia”. Cosa por demás exagerada, y no, no son vituperaciones desde la derecha, pero sepan que para evaluar un gobierno se necesitan más de dos años, mejor aún un par de décadas si acaso para aquellos que lo consideran el mejor que ha tenido la historia. Algunos conscientes de que no todo va bien, lejos de crear crítica propositiva solo guardan silencio y los que más, aplauden cual focas youtuberas.
Apostarle a obras de gran envergadura; el Tren Maya, el Aeropuerto Felipe Ángeles y la Refinería de Dos Bocas en tiempos de crisis puede ser un grave error. Aún con el precio estable de la gasolina y el dólar. La crisis que se enfrenta hoy a nivel mundial requerirá de rescates económicos a pequeñas y medianas empresas, pero no con dádivas como las que otorga en planes populares sino con u refinanciamiento que disminuya en lo posible la tasa de desempleo y con la aplicación fiscal de mano dura en contra de trasnacionales, no solo en el discurso. Así como cerrar filas en cuanto al aspecto de seguridad y acuerdos con gobernadores opositores como los de la mal llamada Federación. Por ello, cuando escucho decir de su boca que “para gobernar el país se necesitan las tres “C”; cabeza, corazón y carácter” Me pregunto ¿Será que cumple esa premisa?
Cabeza, sí. Aunque me da la impresión de que en a veces improvisa a pesar de tener a especialistas en todas las áreas; lo que va de su sexenio se ha convertido en un proyecto autocomplaciente. Corazón, por supuesto, porque tiene la sensibilidad y la simpatía de gran parte de la población, aunque falla en algo; “no todo el pueblo es bueno y sabio”, lo que nos lleva a la última “C”, Carácter. La mayor debilidad del presidente; confiar en demasía en sus subordinados, lo que ha llevado a que no todas las acciones y programas que ha prometido se han llevado a cabo con los mejores resultados. En fin, aún nos quedan cuatro años más para una evaluación completa de su gobierno.
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.