Así no, presidenta
Del dicho al hecho
Las ventajas de ser flexible
Si las experiencias no te cambian, entonces, ¿qué lo hará?
En cada etapa de la vida vamos obteniendo herramientas para la siguiente, y una cualidad importante para reconocer y utilizar estas herramientas es el pensamiento flexible.
Es decir; el tener la habilidad de mirar, pensar y actuar distinto.
Sin duda, uno de los procesos más complejos consiste en advertir la influencia de nuestras creencias, determinar cuáles no son funcionales y modificarlas, y por supuesto, esto es aún más difícil para quienes poseen un pensamiento rígido, que los lleva a una actitud igualmente rígida ante la vida, consigo mismos y en sus relaciones con otros.
Incluso, para resolver conflictos, entre más flexible sea la actividad cognitiva más alternativas de solución encontraremos.
No ser flexibles ocasiona intolerancia a la frustración, deserción y dinámicas de relación muy pobres, porque no hay un esquema que permita adaptarse a circunstancias nuevas o eventos inesperados, y porque también se alarga o se imposibilita la adaptación, y por lo tanto, no se amplía la visión de sí mismo y de las posibilidades para el equilibrio y el bienestar en diversas áreas de la vida.
Casarse con una idea, aferrarse a ella a pesar de que haya mil razones para demostrar que lo que se hace no está resultando bien, no favorece ni el desarrollo personal ni la calidad de vida.
Piensa en un lápiz de material flexible, si lo inclinas hacia un lado o hacia el otro, el lápiz tomará la forma en que lo manipules y volverá a su forma original si vuelves a moverlo, pero, si el lápiz es rígido e insistes en hacer este movimiento, el lápiz va a quebrarse.
Algo muy similar ocurre con nosotros, la rigidez cognitiva, emocional y conductual nos enfrenta a situaciones límite, en las que además de no resolver adecuadamente lo que se va presentando en el día a día, se pone en riesgo la propia salud física y mental y lastima los vínculos que se establecen con otros.
¿Te das cuenta de las ventajas de ser flexible? No se trata de no tener un criterio propio, no es ser una veleta y no defender tus ideas u opiniones, sino de ser capaz de cambiar lo que sea necesario cuando así se amerita.
¿Has pensado que tan flexible eres y los resultados que obtienes con esto? ¿Necesitas aprender a manejar la flexibilidad en tu vida? Lo primero es reconocer qué pensamientos, hábitos, costumbres, dinámicas de relación y decisiones te convendría cambiar, e iniciar un entrenamiento cognitivo para lograrlo.
Asistiendo a terapia, platicando con otras personas que hayan logrado lo que deseas, leyendo, buscando… ampliando la visión y la información que tienes respecto a determinados temas.
Claro que cambiar implica esfuerzo y tiempo, pero, los beneficios a obtener valdrán la pena.
Igual y llevas años sufriendo en una relación de pareja, no sabes marcar límites con tus hijos, practicas poco el autocuidado… ¿Qué te está indicando que necesitas implementar la flexibilidad y mejorar tus condiciones actuales?
Te invito a hacer esta reflexión, determinar que mereces estar y sentirte mejor…
La buena noticia es que quienes así lo eligen se sorprenden de la capacidad que tienen para ser flexibles y comienzan a disfrutar de los enormes beneficios de serlo. ¡Ojalá que decidas que te pase a ti también!
¡Abrazos!
Lorena Patchen
Conferencista
Psicoterapia en línea
044 7711785074
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.