(W) Ecos Sindicales: Operación Panal
Twitter: @OswaldoRamirezG
¿Qué tanto pesarán los buenos (o malos) actos de fe de un gobierno? ¿Qué tanto le afectarán las manifestaciones violentas y el uso excesivo de la fuerza pública?
Quizás estemos a punto de saberlo en nuestro estado y en nuestro país, ahora que ya finalizaron las campañas políticas.
En efecto, no hablemos de partidos ni de colores, esta vez enfoquemos nuestra atención en las personas aquellas que con un colmillo retorcido siguen gozando de premios, segundas, terceras y enésimas oportunidades de “reivindicarse”, por medio del chapulineo ¿Pensarán acaso que el electorado es estúpido? Es posible que subestimen la consciencia popular, aunque quizás también se han dado medianamente cuenta que el tomarnos la medida y marearnos con discursos refriteados provenientes de varios lados uno de ellos, el más fuerte, hace eco desde Palacio de Gobierno surtirán nuevamente efecto, el “no mentir, no robar, no traicionar al pueblo” ya lo traemos como decálogo, pero ¿Será acaso que esto alcance para que MORENA siga teniendo mayoría en el congreso?
Por otra parte ¿Qué me dicen de la derecha? Esa oposición que además de poco humilde es desmemoriada, torpe, cínica y estúpida. Baste recordar aquellos discursos de campaña de los hermanitos irreconciliables (PRIANDR) en el que uniendo fuerzas despotricaron en contra del régimen actual olvidándose del grave daño que hicieron ellos durante décadas. Eso sí, esta vez prometen cambiar o “cambear” porque para el caso con estos irreconciliables engendros lo mismo da escribir o argumentarles con buena ortografía o pésica gramática; sus promesas son palabras al viento y su naturaleza tarde que temprano saldrá a relucir con suma rapacidad, el diablo nunca será bueno o como decía un personaje de una TvNovela Colombiana muy popular hace algunos años “el Diablo es puerco”, y en efecto el maligno (diablo, satán, chamuco, satanás o como quieran llamarle) según el canon cristiano, es el cumulo de tentación caos y maldad en contra del hombre aquel que por diferentes medios lo hace pecar.
A propósito de esta embarrada teológica que acabo de mencionar ¿Qué podemos decir de otros actores sociopolíticos? Bien muy bien, porque ahora que menciono esto, vienen a mi memoria esos discursos que desde el atrio católico diversas autoridades religiosas instaron a votar en contra de la 4T. ¡Sea por Dios! y ¡No baiga ser! Que tal si a partir de este lunes nos convirtamos en Venezuela ¿Verdad? No se trata de despotricar en contra de una creencia sino de las acciones poco coherentes de los dirigentes de las iglesias, sobre todo aquellos que en su recalcitrante ideología no soportan una voluntad diferente a la tricolor o a la paniaguada. Dicho sea de paso no sabía que las toneladas de miasma, corrupción y violencia generadas por gobiernos anteriores nos había trasformado en la Dinamarca Latinoamericana los últimos 35 años ¿no?
Disculpen si apenas me voy enterando, disculpen también si en el agravio se ofende la Santa Madre Iglesia con todo y su Basílica del Tepeyac, puesto que hasta donde yo sé está penado por la Constitución Mexicana que cualquier grupo religioso incite al voto en pro o en contra de cualquier candidato o partido político. Bueeeno, bueno eso en teoría, porque aunque sabemos que este sexenio quiere cambiar un poco las cosas y volver al redil puro y objetivo de las instituciones, de repente se les olvida o hacen caso omiso o misa como las de las mañaneras en las que nuestro amado Huey Tlatoani se jacta ya no solo de dar cátedras de mala historia sino de religión; se sospechaba que el mandatario actual profesa una fe cristiana y en mañaneras recientes así lo ha aceptado, y está bien, una cosa no tiene que estar peleada con la otra, el problema es cuando se hacen alusiones bíblicas (Krauze diría mesiánicas) en discursos políticos y ruedas de prensa que siempre buscan sacar raja de este tipo de alegorías, y no, no es que me desgarré las vestiduras, pues hace 21 años el ahora senil ex presidente Vicente Fox realizó actos similares mostrando su fe religiosa de manera un tanto escandalosa portando un estandarte guadalupano el día de su victoria electoral ¡Que decir y que hacer! A nuestro presidente actual todo le podemos perdonar (o eso se intenta según sea el caso) en tanto nos siga endulzando el oído con sorpresas, como aquella reciente sobre la compra de una refinería en Texas, la cual sirva de paso tendría que verse si fue una buena inversión o de alto riesgo. En fin, como dicen por ahí “en el camino lo veremos”. Pero retomemos las preguntas iniciales.
La fuerza pública a cuyo caso trillado nos dice el Diccionario Larousse “es el instrumento legal, legítimo y necesario mediante el cual las corporaciones policiales hacen frente a hechos que afectan y ponen en riesgo la preservación de la vida, la libertad, el orden y la paz públicos”. Dicho de otro modo el monopolio de la violencia lo tiene el estado, el cual por este medio tiene el derecho de controlar el orden público, y ¡vaya que lo hace! Aún tenemos en la memoria la matanza del 68 y el Halconazo, dos hechos históricos que se han convertido en el estandarte de lucha y resistencia estudiantil hasta nuestros días. Estos son solo dos ejemplos, cabe decir que no los únicos, ya desde el Porfiriato era común hacer uso excesivo de este poder como medio para sofocar inconformidades; Río Blanco y Cananea son un par de ejemplos.
En el sexenio actual no tenemos hasta ahora un ejemplo en el que el gobierno federal haya ejercido tal derecho. Ello con los asegunes justos y justificados con los que el gobierno de la Ciudad de México reaccionó para repeler manifestaciones de opositores y de grupos feministas hace ya varios meses. No obstante, al interior de la República sí los ha habido, el cliente más distinguido en ello es el gobernador de Jalisco del cual no vale la pena hablar. Solo remitir la manera ruin en la que ejerció el poder público de las fuerzas del orden hace meses en contra de estudiantes universitarios.
El gobernador hidalguense Omar Fayad llevaba una racha “limpia” en este rubro, su record se rompió de lado a lado, y digo de lado a lado porque quienes tienen memoria sabrán que en el mitin de cierre de campaña hacia la presidencia en 2018 en la ciudad de Pachuca del ahora presidente de la República, el gobernador estuvo detrás de los grupos de choque que intentaron reventar su mitin en Plaza Juárez. No sabemos hasta qué punto este hecho se olvidó o quedo reconciliado ahora que Andrés Manuel es el líder del ejecutivo; lo que sí sabemos es que pese a que el presidente asegura que “su fuerte noes la venganza”, quizás guarde en su memoria este antecedente y lo revire de una u otra manera, ahora que debido a la torpeza y alevosía con la que fuerzas de la policía estatal arremetieron en contra de manifestantes provenientes del municipio de San Salvador el pasado 1ro de junio.
Con base en lo anterior re preguntémonos ¿Hasta qué punto este hecho le afectará a Fayad y a su séquito en el resultado de los comicios electorales? Veremos que tanto, y esperemos que no sea ni justicia divina ni karma sino consecuencia de estas torpes y alevosas acciones. Finalmente, sirva decir que la consecuencia de este tipo de actitudes llegan y calan y no son cuestiones aisladas que se dejan pasar, Alfaro en Jalisco ya lo está comprobando, y en el medio internacional el presidente de Colombia, Iván Duque; hombre títere, pro yanqui, uribidista y de pocas luces lo vive en carne propia, con todo y que se jacte en decir que “en Colombia hay políticos que quieren capitalizar el caos y cabalgar el odio”. Ojala que la sangre y fuego que se derrama en ese país hermano más pronto que tarde logren generar un cambio a favor de su pueblo ¡Fuerza Colombia! FUERZA. En tanto, en México veremos que resulta de toda esta quimérica cabalgata de la “Fiesta de la Democracia”.