
Las pugnas arancelarias y el efecto Trump
En México legalmente la pena de muerte no existe desde 2005, aunque desde las últimas décadas del pasado siglo los códigos estatales ya no la aplicaban. La última vez fue en 1957. La amenaza que se yergue sobre presos mexicanos en Estados Unidos para ser condenados a la pena de muerte, vuelve a reiterar la antigua postura de pensadores humanistas, de que el estado no es dueño de la vida de sus integrantes. En Estados Unidos aplican la pena de muerte 27 estados y en el mundo 52 en total (con datos que varían seguido por la lucha abolicionista), y la confirman en el estado del norte, el gobierno federal y el ejército. Aplicar la pena de muerte es volver a los orígenes más primitivos y precarios del derecho, de concepciones bíblicas de que el que a hierro mata a hierro muere. Peligrosamente en nuestro país, sin intervención oficial, ese dicho retrógrado lo aplican ciertos pueblos al linchar a presuntos infractores.
ABOLICIONISTAS LA MAYORÍA DE LOS PAÍSES, PERO AÚN HAY PENA DE MUERTE
El humanismo que se fue exponiendo en las legislaciones del mundo y una permanente campaña abolicionista de la pena de muerte, ha logrado que más de 160 países integrantes de la ONU, se conviertan en abolicionistas, aunque paradójicamente aunque la ONU tiene 193 países, se informaba que en 52 de ellos todavía en 2023 había en esa condena 2 mil 428 sentenciados. Aunque se advertía que en nueve solo se aplicaría en crímenes muy graves y en 22 solo la mantenía sin aplicarla. Los datos van cambiando porque la lucha abolicionista continúa y hay países que la eliminaron y no aparece signado en sus códigos y otros que están en discusión de hacerlo. En México la discusión se dio por largas décadas aunque no de manera insistente y pública, pero ningún código penal la aplicaba, como se dijo, desde 1957, lo que habla muy bien de nuestro país, dado que el espíritu humanista se expresaba en la negativa de esa condena aunque aún permaneciera vigente.
POR SU CONCEPCIÓN NUESTRA CONSTITUCIÓN PROHÍBE LA PENA DE MUERTE
Corrientes humanistas que surgieron tras la instalación de las normas mínimas para reos sentenciados en la década de los setenta, mostraron un humanismo más cercano a la reivindicación de agresores, tema que se toca seguido en grupos de abogados progresistas. Y la referencia que debería de hacerse más a menudo, es que el estado no es el dueño de la vida de sus habitantes y que por lo tanto matar aunque sea con la ley, es totalmente contrario a la vida, al humanismo y a la concepción de estado. En el caso de México, nuestra Constitución que es humanista, defiende esos derechos y lo consigna así. Habría que plantear ante la posibilidad de que se aplique la pena de muerte a los reos mexicanos, entre otros los 29 que se acaban de enviar, el que en nuestro país la pena de muerte no se aplica y que por lo tanto a quien nació en México no se debe de aplicar. Más, cuando los presuntos delitos que se trata de juzgar y de aplicar a los reos, no se cometió en Estados Unidos.
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