¿Preparados para Kamala o Trump?
ITINERARIO POLÍTICO
El domingo 5 de junio, como muchos saben, los ciudadanos de los estados de Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas, acudirán a las urnas para elegir a su nuevo gobierno estatal.
Sin embargo, para nadie es nuevo que presenciamos y veremos uno de los procesos electorales más sucios, viciados y manoseados de los tiempos de la democracia electoral ciudadana.
¿Y por qué será “un cochinero electoral”?
Porque el principal promotor de la elección de Estado del domingo venidero –en seis entidades del país–, se llama López Obrador.
Sí, el mismo que desde Palacio no sólo “palomeó” los nombres de las y los candidatos de Morena, sino que diseñó las estrategias de campaña, decidió el financiamiento y hasta ordenó el proselitismo oficial.
Y es que si bien está claro que López no sabe gobernar –lo que se confirma con la tragedia que vivimos en todo el país en sólo 32 meses de gestión–, nadie le puede regatear que se trata del más acabado “animal político-electoral” de la historia mexicana.
En efecto, si a Obrador “le valen un pito” los grandes problemas nacionales –como inseguridad, violencia, inflación, desempleo y la crisis de ingobernabilidad–, también es cierto que se trata del político más profesional en materia electoral y acaso el más dotado para diseñar las mayores trampas imaginables; las mismas cuya conclusión veremos el domingo próximo.
Por eso vimos maniobras como la apresurada y fallida visita presidencial al “Triángulo Dorado”, que en realidad buscó afianzar el pacto de Palacio con el crimen organizado e influir en el ánimo de los votantes de Durango, en donde la alianza PRI-PAN-PRD aventaja a Morena.
Pero vamos al paso a paso de la génesis del “cochinero electoral” que preparó desde Palacio el presidente.
1.- Para todos en el partido Morena –y entre la clase política en general–, fue evidente que más allá de la patraña de las encuestas, los candidatos a los gobiernos en disputa se “palomearon” en Palacio. No hubo una sola que no contara con el aval directo del presidente.
2.- A su vez, el propio AMLO “leyó la cartilla” a los gobernadores de Hidalgo y Oaxaca –entre otros–, sobre una “larga cola” que les podría pisar el gobierno federal, si se negaban a entregar la plaza al partido oficial, Morena.
Es decir que desde Palacio se estimuló la traición al PRI, a cambio de impunidad y de una embajada en el servicio exterior mexicano.
3.- También salió de Palacio la instrucción para fortalecer la alianza del gobierno federal con las bandas del crimen organizado, en especial el “Cártel de Sinaloa”, cuyos sicarios ahora se convirtieron en promotores del voto.
En efecto, en los estados donde habrá elecciones –en mayor o menor medida–, los criminales repartieron dádivas en pueblos, rancherías y colonias popular con la consigna infalible de “la plata o el plomo”, a cambio de votos.
4.- También de manera simultánea, desde Palacio se diseñó y ordenó el despliegue de una fuerza pública extraordinaria –de militares, marinos y guardias nacionales–, a los estados donde habrá elección.
El señuelo es un despliegue a partir de la inseguridad que vivirán elecciones como las de Aguascalientes, Durango y Tamaulipas –entre otras–, pero en el fondo se pretende atemorizar a la población para inhibir el voto que no sea a favor de Morena.
5.- El financiamiento oficial e ilegal que confirma que se vive una elección de Estado también fue “palomeado” desde Palacio.
Y para ello se ordenó la más rigurosa campaña de austeridad, a fin de canalizar el dinero público –estatal y federal–, a las campañas de Morena en las seis entidades en disputa el 5 de junio.
6.- Un lugar especial mereció el ilegal e inconstitucional proselitismo de funcionarios de los Tres Ordenes de Gobierno y los Tres Poderes de la Unión.
Y es que otra vez de Palacio salió la orden para que todos en el gabinete, en el Congreso y no pocos de La Corte, se volcaran a favor de los candidatos de Morena en los estados donde se renovará el ejecutivo estatal.
Así, hicieron y hacen campaña ilegal desde López Obrador, pasando por Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal, Adán Augusto López… y todos los senadores, diputados, gobernadores y alcaldes de Morena.
En pocas palabras, henos visto y veremos la más grande galería de irregularidades que se hayan cometido –a los ojos de todos–, y que hasta hoy nadie ha sido capaz de sancionar, “ni con el pétalo de una crítica”.
7.- Sin duda un “cochinero” que contrasta con un golpeteo sistemático contra el INE y contra los árbitros electorales de las entidades donde habrá elecciones, en las que los institutos electorales están amenazados de muerte; una muerte anunciada desde la capital del país
Y es que en este caso la maniobra de “ablandamiento” de los árbitros electorales incluyó una “estratagema ejemplar” dictada desde el Congreso de Ciudad de México, cuyos sicarios, dizque diputados locales, le dieron muerte al Instituto Electoral capitalino por instrucciones de la propia jefa de gobierno, la señora Claudia Sheinbaum.
8.- En el caso del IECM, igual que ocurrirá en los institutos electorales de Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas, la norma será la ilegalidad, la violación a la Constitución y a las leyes estatales; un verdadero “cochinero”.
9.- Por eso a nadie le importa denunciar y menos sancionar la violación de la veda electoral, el rebase de topes de campaña, el proselitismo ilegal ordenado desde la Ciudad de México y la abierta compra de votos mediante dádivas y amenazas.
10.- Por último, y de manera simultánea y nada casual, también el presidente ordenó una burda y vulgar persecución contra el líder nacional del PRI, Alejandro Moreno, motejado como “Alito”, de quien se hicieron circulas presuntas “escuchas” ilegales que podrían ser motivo de delito.
Más allá de que la autoridad determinará si el jefe del PRI cometió algún ilícito, lo cierto es que se trata de otro “mensaje ejemplar” para los opositores.
Un mensaje claro y contundente, que entiende todo político profesional: “eso le pasará a todo aquel opositor al presidente y a su partido”.
Sí, el promotor del “cochinero electoral” que concluirá el domingo próximo se llama López Obrador; el principal delincuente electoral mexicano.
Al tiempo.
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.