Ráfagas: ¿Malos manejos en la Comisión de Búsqueda de Personas?
PACHUCA, Hgo., 7 de diciembre del 2020.- En una mañana soleada y cálida en uno de los comedores de la 18a zona militar, Sandra Yanine Hernández Peña entró a esa habitación con firmeza. Su altura, su voz y su forma mostraban la disciplina con la que conduce su vida.
Nacida en una familia no convencional, siendo la única en el servicio militar de dos varones y educada por una madre soltera que le brindó una licenciatura en Derecho y los valores con los que hoy se conduce.
Entrar al ejército para Sandra no fue una elección, sino una circunstancia del destino que se presentó cuando hacia su servicio social en la Procuraduría General de la República, donde a través de una amiga se enteró de una vacante en la agencia del Ministerio Público Militar.
Investigó, ingresó sus papeles y después de ocho años, con esfuerzo y perseverancia ha ido escalando peldaños; actualmente es sargento primera auxiliar oficinista y está al frente de un área administrativa en la 18a zona militar del Estado.
“Las dificultades que se pueden presentar desde un inicio son en el aspecto familiar, estar lejos de tu familia, perderte las fechas importantes, los cumpleaños de tus padres, las fechas significativas para tus hijos; yo que soy mamá de una niña, perderte los festivales, no estar ahí en esos momentos que marcan su infancia donde te requieren como mamá, sin embargo en el momento que el soldado firma su contrato el ente pertenece a la institución las 24 horas del día, los 365 día del año.”
Para subir de rango, -explica la Sargento- es muy variado, puesto que la institución brinda la oportunidad de acudir a escuelas, cursos, ir a las promociones que se generan cada año donde les aplican diferentes exámenes desde psicológicos hasta culturales, con el fin de continuar o avanzar, siendo la única excepción cumplir dos años en el medio militar, ella dice con voz firme “ la verdad quien dentro del ejército no asciende es porque no quiere, cuando te dedicas todo es posible.”
“Mi objetivo es seguir ascendiendo, compenetrarme un poco más, estudiar dentro de mi radio de acción, compartir esos conocimientos con los elementos que tengo bajo mi mando y ser una motivación para ellos”.
La vida dentro del ejército explica Sandra “es de disciplina, desde que te levantas hasta que te duermes, el orden que tienes que tener en el área de trabajo, incluso la forma de colocarte el uniforme.
-¿Qué hacen en el ejército?
“Las actividades son variadas, en mi caso mi día empieza a las 4:30 de la mañana, me traslado a la zona, me uniformo, inicia el pase de lista y empieza el trabajo, son muchas nuestras actividades”.
-¿Hay contemplaciones dentro del ejército por ser mujer?, se le cuestiona a la sargento.
«Las labores son las mismas, la única contemplación es la licencia de maternidad como en cualquier institución, los tres meses conforme a la ley, el trato es el mismo.
“La mujer debe tener un carácter fuerte, hacerse valer, plantarse firme porque en un mundo que prácticamente el personal es masculino una mujer con carácter dócil normalmente no figura».
“En la actualidad todos nos acoplamos, quizá en la transición donde se empezaba a integrar el personal femenino, los hombres y hay que decirlo, no sabían cómo tratarnos, tenían un mecanismo de trabajo y fue un desequilibrio, no obstante, se fueron adecuando y también nosotras a ellos».
Agrega que en el ejército, la ayuda es mutua, el compañerismo es importante, nosotros le llamamos “espíritu de cuerpo, es la camaradería entre nosotros”.
A medida que avanzaba la charla, la Sargento Sandra, explica que hay diferentes servicios por ejemplo el de armas “los que participan en los llamados combates de operación del narcotráfico, son los elementos que tenemos como infantes, en la zona tenemos tres batallones de infantería; en lo particular me encuentro en el área administrativo donde tenemos la facultad y la obligación de encargamos de la coordinación de la logística, si subes, puedes ir a los combates o servicios humanitarios”.
“El personal se está capacitando todo el tiempo, nos estamos adiestrando desde el empleo de armamento, tácticas, nos despliegan en terrenos, hay diferentes cursos”.
“En el ejército he aprendido la disciplina y es aquella que forja, es inherente a la persona; estar dentro del instituto me gusta, lo comparo con todos los aspectos, es parte de mí vida”.
La sargento comparte su ideal de Estado y sociedad:
“Si cada quien hiciera lo que le corresponde dentro de su radio de acción, desde algo tan básico, levantar la basura, pagar los impuestos, respetar al semejante, viviríamos en un estado de derecho y no habría diferencias, tendríamos un ambiente de armonía.”