Ráfagas: ¡Hay tiro!
PACHUCA, Hgo., 9 de diciembre de 2024.- El origen étnico, las creencias religiosas, el pasado cultural, el idioma, la identidad de género, la formación académica, la edad, las condiciones socioeconómicas son atributos diversos entre dos personas, por más parecidos que haya entre ambas.
Estos atributos condicionan su forma de pensar. Hay tantas formas de ver el mundo como individuos existen.
En una democracia, cada persona debería tener garantizada una tribuna para que su voz sea escuchada, aunque sus ideas no coincidan con las opiniones de la mayoría, principalmente de la mayoría electoral. Sin embargo, hoy las voces críticas tienden a luchar con más fuerza por conquistar una tribuna en la cual expresar su derecho a pensar distinto.
Como individuos, nuestros atributos y pensamientos siguen siendo diversos, pero al presentarse en bloque, las opiniones se diluyen y se reduce la posibilidad del debate. En lugar de escuchar y argumentar para construir desde la pluralidad, estamos validando un modelo de pensamiento único, donde ya no cabe el pensamiento crítico, donde no se tolera el cuestionamiento ni siquiera ante la falta de resultados
.
Las agresiones verbales, las amenazas, la violencia física, incluso la violencia digital hacia quienes piensan distinto contribuyen a esta necesidad de aplaudir todo cuanto piensa, dice y dicta el más alto peldaño de la jerarquía que reconocen.
El escenario parece desolador, sin embargo, es momento de enfriar ánimos, detenerse en la carrera y reflexionar.
¿Nos pedirán a los mexicanos renunciar a la capacidad de tener y manifestar ideas diversas?
Este día, desde este espacio, hago un llamado para recuperar la tolerancia y asegurar que la crítica y el debate sean pasos necesarios en la construcción de los grandes acuerdos políticos y sociales.
Por mi parte, mientras no me impidan manifestar mis ideas, estaré desde esta columna compartiendo mi visión del mundo con ustedes y, ojalá, escuchando la suya.