
Ráfagas: Licona el impresentable, se aferra al SUTSPEEH
Domingo 27 de septiembre de 2020, estamos a tan solo un año de cumplir doscientos años en el Aniversario de la Consumación de Nuestra Independencia, quizás con lo anticipado que merece existan proyecciones para próximo festejos, no lo sabemos, como tampoco sabemos si la situación el próximo año mejorará en cuestión de desarrollo socioeconómico y de salud, quizás convenga pensar solo en el presente y en un futuro cercano considerando el contexto por demás crítico que padecemos actualmente.
Pensemos mientras tanto en las imágenes que nos quedan esta semana. La postal que nos regala el señor Presidente Andrés Manuel en su reciente video en YouTube y que tiene como paisaje de fondo el Puerto de Veracruz, el relato corre por cuenta del Almirante Ojeda, Secretario de Marina, quién menciona las hazañas del y batallas de asedio que tuvo el ejército realista parapetado desde el fuerte de San Juan de Ulúa e contra de los rebeldes independentistas, acontecimientos que marcaron el inicio de la lucha por la separación de la Corona Ibérica por parte de la Nueva España.
Como fondo del relato de la videograbación escuchamos un perifoneo y barullo, que si no fuera porque estamos en emergencia sanitaria y fuera de temporada de carnaval lo adjudicaríamos a ello, sin embargo, al poner atención logramos escuchar las consignas “¡Fuera López! ¡Fuera López!”. Aquellos cánticos son inevitables no oírse y en ciertos momentos hasta pareciera que tanto el Almirante como el Señor Presidente se pierden en el idilio nostálgico de la crónica histórica, evitando así aterrizar a la realidad de sus oídos.
Suponemos que esa música de fondo es cortesía de FRENA (Frente Nacional Anti-AMLO), un grupo que desde la semana pasada se instaló fantasmalmente en la plancha del zócalo de la Ciudad de México, al cual me he atrevido llamar la simulación clasista; Paco Ignacio Taibo II va más allá con el calificativo y los llama fascistas. Sea como fuere representan un brazo penoso de la oposición política actual, pues sus argumentos no quedan claros y lejos de causar empatía son vistos como un grupo de ultraconservador que solo para dar un tinte llano del pasado blanquiazul (panista) suelen entonar himno cristeros y oficiar misas como obertura de su manifestaciones pidiendo a Dios los libere de este mal gobierno comunista. En fin, ojalá que con el paso de los días tengan sustentos más serios en su postura política, de lo contrario será más que evidente (que ya lo es) su intención durante el resto del sexenio.
Por otra parte, esta semana se cumplió un año más de la desaparición forzada de los 43 normalistas en Ayotzinapa Guerrero; a seis años de este lamentable hecho aún no existen certezas sobre el destino de estos jóvenes, aunque en un acto de buena fe el gobierno desechó la “verdad histórica” promovida por el sexenio pasado y se abrieron averiguaciones hacia los presuntos culpables. No obstante, el contexto sanitario que se enfrenta a nivel mundial complica un tanto resultados rápidos amén de que nuestra estructura jurídica a mayor tiempo mayor posibilidad de estancar este y más casos, considerando que por los hechos y la tradición el Poder Judicial ha hecho de todo menos ejercer justicia plena para el pueblo.
Cerrando esta postal alegórica nos encontramos con los sinsabores y la impotencia que está siendo el pan nuestro de cada día; la violencia, asesinato, secuestro y desaparición de mujeres se agrava eleva los índices de incidencia y al mismo tiempo, disminuye los resultados favorables en pro de castigar a los culpables. Nos ha conmovido hasta las lágrimas el caso de Jessica, la educadora asesinada en Morelia Michoacán esta semana, al igual que los casos de Judith y Sarah, madre e hija desaparecidas en Cuautla Morelos desde hace unas semanas, y encontradas muertas víctimas de secuestro.
El sentimiento de impotencia nos embarga y nos concierne a todos, repensar que la descomposición del tejido social nos ha llevado a normalizar la violencia en contra de mujeres y que en ese mismo orden de ideas sea común conformarse con las palabras de consuelo de las autoridades pero no los resultados plausibles; esto ya no solo es consecuencia del narcotráfico o de asesinos seriales, ya no es un problema focalizado en Ciudad Juárez o el Estado de México, es un asunto que nos está consumiendo.
México se encuentra en el ranking de los países con más casos de violencia hacia la mujer, es un problema silencioso el cual este como los gobiernos anteriores han atendido solo de manera parcial, dejado al abandono una vez que surgen otros casos o prioridades; nuestra entidad federativa no es ajena a ello, hace seis días se cumplieron dos años de la desaparición de Karla Donaji joven originaria de Mineral de la Reforma, quien después de salir un fin de semana para asistir a un concierto de rock a Pachuca jamás volvió a su casa. El principal sospechoso es un amigo de ella, pero las autoridades hasta el día de hoy no han emitido una orden formal para detenerlo e interrogarlo. Su caso se suma a las más de 700 mujeres desaparecidas en Hidalgo desde 2016 a la fecha, lo que evidencia la nula voluntad de dar soluciones por parte de las autoridades estatales y locales.
Si bien se celebran los logros en algunas áreas como el combate a la corrupción y la ayuda a grupos y zonas vulnerables por parte de este gobierno, quizás no sea mucho pedir y señalar que no todas las manifestaciones son un “comploj” de los opositores, ni tampoco todos los grupos feministas son radicales, existe la voluntad de que esta sociedad marche junto a la 4T para encontrar una solución plena a esta problemática; queremos ver que este gobierno no ponga más excusas de por medio y resuelvan los casos de aquellas madres, hijas, novias, hermanas, sobrinas, nietas que en el silencio de la impunidad han sido segadas de su vida:
¡Ni una más! ¡Ni uno más! NADIE MÁS.