Ráfagas: Denuncian corrupción en Tribunal de Arbitraje Laboral
@joelsanradar
El reciente incendio de un ducto de Pemex entre las comunidades de Xolostitla y San Juan Tizahuapan en el municipio de Epazoyucan, debe ser una llamada de alerta ante el riesgo que corre la población en los alrededores, pues si bien pudo controlarse el siniestro de forma rápida y aparentemente segura, el saldo no dejó de ser fatal y cobró la vida de un trabajador que operaba una retroexcavadora y murió calcinado.
Al inicio de la emergencia se especuló que se trataba de una toma clandestina que se había salido de control de los huachicoleros y, aunque no fue así, para nadie es desconocido que en San Juan Tizahuapan, ha florecido el robo de hidrocarburos como una actividad ilegal que cuenta con la complicidad de decenas de vecinos que se benefician de ello, así como de la Policía Municipal que prefiere mirar para otro lado mientras el huachicoleo se convierte en el secreto peor guardado de la comunidad.
Entre los habitantes de Epazoyucan se sabe desde hace ya mucho tiempo, que en San Juan Tizahuapan se restringe el acceso a determinada hora y que solo pueden circular libremente los vecinos, ni siquiera los policías -por muy vendidos que estén con los delincuentes-, lo que facilita la comisión de actividades ilícitas como el ordeñar los ductos de la paraestatal Petróleos Mexicanos.
Por si eso no es suficiente para encender las alertas en Epazoyucan, al inicio de esta semana se conocieron los hechos registrados en el “centro de espectáculos La Roca” ubicado en el rancho San Pablo, justo frente a las instalaciones del Tuzoofari; sitio alejado de la zona urbana donde opera un palenque de manera ordinaria.
Pues justo ahí la noche del 26 de diciembre ingresó un hombre y arrojó al ruedo y entre las tribunas, lo que aparentemente eran dos granadas; una de ellas explotó, otra no se activó y fue así que se logró evitar una desgracia.
De acuerdo a la versión oficial, el explosivo no puede ser considerada una granada porque no contaba con elementos de fragmentación, pero la escena quedó grabada y las imágenes del aparato que no detonó contradicen lo dicho por la autoridad, porque aunque no contara con esquirlas, también causan fuego los consecuentes daños que este genera.
La operación permanente de un palenque en un sitio donde imperan actos ilegales como el huachicol, convierte a la zona en caldo de cultivo para que florezca la delincuencia.
Muy cerca de este sitio, el 21 de septiembre de 2020 fue localizado en San Miguel Nopalapa, un hombre ejecutado y calcinado en un camino de terracería; meses después en la comunidad de El Salto, fue hallado un hombre sin vida el 14 de febrero de 2021, con visibles muestras de violencia, tortura y varios impactos de arma de fuego; hechos como estos se han repetido en la zona; el 8 de marzo de 2022 se halló un cadáver con el tiro de gracia en las inmediaciones del autódromo Moisés Solana y el 25 de septiembre, la municipal localizó a un ejecutado de 36 años en San Juan Tizahuapan.
Estas ejecuciones son solo ejemplo de lo que ocurre en Epazoyucan, donde por cierto el 24 de noviembre, vecinos de San Juan se enfrentaron a tiros con policías para defender a tres huachicoleros que al final fueron detenidos.
¿En serio van a seguir fingiendo las autoridades que no pasa nada en Epazoyucan?; ¿De verdad no hay de qué preocuparse?
Que nadie se olvide de que Epazoyucan se ubica a 15 minutos de Pachuca.
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