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Nueva realidad, nuevas prácticas
Con motivo de la reciente presentación de una iniciativa de reforma a la Ley de Protección a Personas Defensoras de Derechos Humanos y Salvaguarda de los Derechos para el Ejercicio del Periodismo, escribí algunas precisiones en mi columna y una persona me preguntó: ¿Cuál es la urgencia?, ¿Por qué en la recta final de un proceso electoral?
Y la sorpresa para quien esto escribe, es que quien me cuestionó ejerce el periodismo, es de las nuevas generaciones de reporteros y está entre quienes podrían considerarse “periodistas de a pie”, es decir, aquellos que reportean a diario, que recorren la calle y cubren todo tipo de actividades para que Usted y todos tengamos información del acontecer diario.
Pero quien cuestionó también está entre quienes podríamos considerar entre los más vulnerables ante una eventual agresión, que carecen de seguridad social e incluso de contrato en el medio para el que trabaja; que percibe un salario modesto, apenas va acumulando experiencia y que por si fuera poco ejerce una de las actividades profesionales menor reconocidas y en un país que es el más peligroso del mundo para su práctica: el periodismo; Y por si fuera poco lo hace en Hidalgo, una entidad donde la legislación de avanzada que se promulgó hace 10 años, se quedó en “obra negra”, sin reglamento y sin que se creara el mecanismo de protección que ordena la ley.
Hoy después de una década de desinterés oficial, se abre la oportunidad de “ponerle los acabados” a esa ley; Y la urgencia está en que la situación de inseguridad para los periodistas está cada vez más grave en todo el país y en el hecho de que en Hidalgo culmina su gestión el actual gobierno y, respecto al próximo que entre en funciones, sin importar el color que represente, es previsible que pasarán otra vez años para que vuelvan a escuchar a los periodistas, a atender esta necesidad de protección y seguridad; pues el bienestar de los comunicadores no es algo que a ningún gobierno de ningún partido le haya interesado jamás.
El proyecto que se impulsa al interior de la LXV Legislatura local, no resuelve de ninguna manera la situación de inseguridad, pues se trata de una ley, no de magia; pero de aprobarse, se avanzarán pasos hacia un instrumento legal eficaz, cuya construcción ha llevado años y en la cual pueden participar todos los interesados, aportando ideas, propuestas, críticas e incluso cuestionando, porque para ello deberán los diputados convocar a un Parlamento Abierto, antes de aprobar cualquier dictamen.
En el Parlamento Abierto tendrá que escucharse a todo aquel que tenga algo que decir, de manera puntual a los especialistas; por fortuna en este tema de interés gremial, no hay nadie que conozca más las necesidades de los reporteros, que quieres trabajan la nota todos los días; y también se cuenta con la posibilidad de que las mujeres y hombres que ejercen la profesión y el oficio desde hace años o décadas, aporten su experiencia hacia un mejor instrumento legal.
No se trata de una ley que intervenga en materias que le son ajenas como la vivienda y seguridad social, sino que se concentra en la Protección e incorpora disposiciones para el análisis de riesgos, pero también de vulnerabilidades en caso de agresión, amenaza o atentados, que cada día crecen más en número y dimensión en todo el país, del que Hidalgo forma parte. Esa es la urgencia.
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.