Ráfagas: Tatiana Ángeles, cuentas pendientes
PACHUCA, Hgo., 9 de abril de 2018.- Iniciaron las campañas para las elecciones de la presidencia de la República, senadurías y diputaciones federales, y con ello, el titipuchal de spots en radio y televisión, así como la guerra entre simpatizantes y militantes de las diversas candidaturas.
Como cada tres años, la invasión de mensajes político-electorales durante todo el día, desde mi punto de vista, no es la mejor manera de motivar a la ciudadanía para emitir su voto a favor de una opción, o bien, a no votar por las otras, dado que, por su número, generan un hartazgo casi general al escuchar y ver más mensajes negativos que positivos.
En comentarios se escucha que la mayoría de la ciudadanía indecisa, está esperando los tres debates presidenciales para determinar el sentido de su voto; mientras que el INE, hasta ahora, no ha difundido los mensajes que acostumbraba a publicar relativos a la promoción del voto, tal vez tenga que ver el recorte de 800 millones de pesos que le propinó la Cámara de Diputados.
Respecto a las encuestas, mantienen en primer lugar a AMLO, y esa permanencia tiene origen en la estrategia de dicho candidato de no atacar al gobierno en turno como solía hacerlo, y a no responder a preguntas y retos que sus contrincantes le envían. Claro que la imagen del gobierno actual abona a las preferencias del tabasqueño, y el aparente estancamiento de sus oponentes.
No sé lo que opinen ustedes, pero las campañas han iniciado con expectativas opacas, lo cual conviene desde luego al puntero, por lo que las estrategias de la candidata y los candidatos debe mejorar si quieren hacer tropezar a AMLO; tal vez tiene que ver con que se están preparando para el primer debate, el próximo domingo 22 de abril, donde creo que Anaya y Mead podrían avanzar si logran capitalizar su juventud y elocuencia al hablar, y su experiencia como secretario de estado, respectivamente.
Es prematuro definir al ganador o ganadora, pero sí es oportuno señalar que el modelo de campañas debe cambiar; la legislación debe ser acorde a procesos electorales dinámicos y no cerrados o restringidos. Una legislación que sustituya a la Constitución como ordenamiento jurídico-electoral. Un sistema de autoridades electorales definida en facultades, responsabilidades y competencias.
Ciertamente esa meta no es fácil, dada la lucha por el poder en nuestro país, así como las circunstancias delictivas y corrupción que, sin duda alguna, permean en los comicios locales y federales.
Ahora, respecto a los temas de la agenda de la y los presidenciables, en esta primera semana no hemos visto discusión alguna sobre los asuntos primordiales del país, como son: seguridad, impunidad, salud, narcotráfico, pobreza o trabajo. Hemos oído discusiones de los temas que AMLO ha puesto sobre la mesa: aeropuerto, amnistía, pensiones de expresidentes, asuntos importantes, sí, pero no fundamentales como los mencionados al principio.
Reitero, las campañas no tienen esa chispa y ese nivel que México o la sociedad mexicana necesita para motivar un voto más razonado e informado. Por lo que, la reflexión es ¿tiene más peso la indignación y hartazgo de la mayoría de la población mexicana, que elevar el nivel de las campañas para generar una mejor calidad del sufragio?
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