Suponiendo…sin conceder

PACHUCA, Hgo., 24 de mayo de 2022.- La indignación surgió a borbotones en el llamado “ruedo”, donde se ubican las curules de los diputados locales en el Congreso Hidalguense; el reclamo después tomó forma en Lisset Marcelino y Andrés Caballero, morenistas, en contra del priista Roberto Rico, quien estaba por presentar una iniciativa que reforma la ley de protección a periodistas y defensores de derechos humanos.
Esa misma ley que presentó hace más de una década el también priista Onésimo Serrano y que permanece como letra muerta, sin reglamento aplicable ni solidez jurídica, abandonada por tres titulares del Ejecutivo estatal: Osorio Chong, en su parte final, Francisco Olvera y Omar Fayad, durante toda su administración.
Retomada no sin sospecha de intereses electorales por Roberto Rico, causó polémica y por ende el roce entre los legisladores ya mencionados para arrogarse la paternidad del cuidado y protección a periodistas, lo que se traduce, sin duda, a lograr el beneplácito de un gremio que no se cansa de atacarse a sí mismo.
Marcelino y Caballero no cejaban en el intento de que el priista “bajara” su iniciativa, es decir, no presentarla hasta que se pudiesen “adherir”, colgarse en términos llanos y lograr así aparecer en la foto, en el video, en la letra.
Rico Ruiz no aceptó la prórroga y presentó la reforma, que a decir de algunos periodistas carece de legitimidad porque no fue consultada con “todo el gremio”, lo cual se antoja virtual y materialmente imposible.
Al final, Andrés Caballero solicitó la venia al diputado Roberto Rico para sumarse a su iniciativa, a lo que éste accedió.
No se debe pasar por alto el hecho inocultable de las agresiones y asesinatos de periodistas en todo el país que han recrudecido en este sexenio donde desde la más alta tribuna matutina se les ataca todos los días. Tampoco, el interés también inocultable de obtener alguna posible canonjía.

Los extremos siempre son peligrosos.

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