Así no, presidenta
PACHUCA, Hgo., 8 de febrero de 2017.- El cambio en la geografía política del Estado mexicano ha sido constante, el último que vivimos no fue hace mucho, un año apenas, cuando dejó de existir el Distrito Federal para convertirse en Ciudad de México, ello debido a que luego de una larga reforma política se convirtió en un estado y tuvo que organizar un congreso constituyente. Hace alrededor de cuarenta años los territorios de Quintana Roo y Baja California Sur se convirtieron en estados y anteriormente Baja California lo había logrado. Hace cien años, en la discusión del Constituyente de Querétaro, el territorio de Tepic desapareció para dar paso al estado de Nayarit. Otro ejemplo de estas transformaciones es que constantemente aumenta el número de municipios y se redistribuyen los distritos judiciales y electorales bajo la necesidad de cada entidad, las 16 delegaciones de la Ciudad de México serán denominadas municipios libres.
Más cambios aparentemente imperceptibles pero históricos: en 1963, luego de una larga negociación con Estados Unidos, nos hicieron saber que se ajustaba la frontera con el vecino del norte para que México recuperara El Chamizal, un polígono de 177 hectáreas ubicado en Ciudad Juárez, la razón de este ajuste se debió a que el Río Bravo, por cuestiones naturales, se había desplazado modificando la frontera entre ambas naciones, para esto también México debió ceder algo de territorio de forma equitativa a Estados Unidos, todo se firmó en el tratado de El Chamizal.
En el siglo XIX se dio el nacimiento político de México, consumada la independencia nacional, los grupos políticos discutían cuál sería el mejor sistema de gobierno, algunos pedían monarquía constitucional, otros pedían monarca español, otros un sistema republicano y otros un sistema parecido al de los Estados Unidos de América (presidencialista y una unión de estados), sobra decir que esta última opción fue la ganadora y por ello desde el Acta Constitutiva de la Federación nos llamamos Estados Unidos Mexicanos.
Así, la antigua Intendencia de México, integrada también por Tlaxcala, Valladolid, Oaxaca, Guerrero, Hidalgo y Morelos se convierte en el Estado de México, de acuerdo con la Constitución de 1824, sólo que se le restan los tres primeros territorios y se crean las entidades de Michoacán, Oaxaca y el territorio de Tlaxcala; en ese momento hubo una tentativa de crear un estado huasteco que comprendiera la región cultural huasteca y antiguo reino de Huastecapan.
Hay que señalar que el Estado de México debe su nombre a la Ciudad de México y no al país (aunque en ocasiones se le denominó legalmente Estado del Valle de México), el territorio representaba una entidad de gobierno cuya capital era la ciudad del mismo nombre, más tarde, y con el presidencialismo, hubo problemas de entendimiento acerca de cuál era el supremo gobernante del territorio, si el titular de la federación o el gobernador del Estado de México (poderes que residían en Tlalpan), a pesar de que se había creado el Distrito Federal como sede de los poderes federales y la gente y territorio quedaba subordinado a éstos, a imitación de Washington Distrito de Columbia.
La historia política de la entidad hidalguense comienza con la iniciativa de algunos hombres que consideran a la mitad del siglo XIX que hay madurez económica y política en el territorio para alcanzar su autodeterminación, el poder económico industrial minero y pulquero era determinante, las rebeliones indígenas eran fruto de una dilación en respuesta a diferentes problemas que no se resolvían desde la capital del Estado de México. Durante la invasión norteamericana muchos guerrilleros en la sierra habían impedido que el ejército invasor avanzara hacia la capital de la república, por ello los yanquis optaron por invadir México por mar.
En 1852 el liberal Melchor Ocampo está preso en Tulancingo por oponerse al retorno de Antonio López de Santa Ana al poder y la imposición de su dictadura, en ese lugar fragua amistad con Manuel Fernando Soto, quien de las ideas asimiladas forja un criterio de liberalismo que le hace pensar, siendo diputado, en 1855 retomar el proyecto de crear el estado huasteco segregando territorios de los estados que conforman la huasteca, su idea es que lleve el nombre de Agustín de Iturbide esta nueva entidad, el intento fue en vano.
En Jacala, el 18 de febrero de 1856, los pobladores redactan un documento que se conoce como “El Acta de Jacala”, en donde expresan ideas que se adelantan a la Constitución de 1857, un año antes los jacalenses mencionaban en dicho documento que los bienes eclesiásticos deberían de brindar beneficios a la población que se hallaba depauperada y que para ello era importante separar las funciones de la Iglesia y el Estado, además avizoraban la necesidad de la libertad de culto.
La Constitución de 1857 permite la modificación de la geografía política, eso da oportunidad de creer que una nueva entidad puede surgir. Pero viene la Guerra de Reforma, en ella nuevamente un territorio liberal se defiende, en Pachuca el general Tapia y un coronel a su mando, de nombre Porfirio Díaz, combate con éxito a los conservadores. En 1861, terminada la guerra, nuevamente los diputados que representan al norte del Estado de México (incluyendo la representación de Texcoco y Teotihuacán) firman una acta de intención para crear la nueva entidad, la iniciativa propone que se llame “Hidalgo”, lamentablemente viene el desembarco de las tres fuerzas invasoras y más tarde la imposición del imperio de Maximiliano de Habsburgo.
En junio de 1862 el Presidente Juárez crea el Segundo Distrito Militar del Estado de México, Manuel Fernando Soto es nombrado jefe político y comandante militar, difícil tarea ante la embestida invasora. Nuevamente los pobladores organizados en la chinaca, nombre que se le dio a la guerrilla, y ejércitos de poblaciones como Zimapán, Zacualtipán, Tulancingo y Huichapan entran a la defensa, un personaje de Nopala, llamado Nicolás Romero, apodado “El León de las Montañas” es el prototipo de los chinacos por ser hábil en el manejo de los caballos y las armas. En Tula hay una férrea defensa en contra del ejército belga, el cual huye a Ixmiquilpan en donde es derrotado.
Otro hecho glorioso es la defensa de Huejutla por Antonio Reyes “El Tordo”, quien hace huir a los franceses y defiende la plaza de manera heroica entregando la propia vida; en Real del Monte el coronel José María Pérez, con apoyo del coronel Felipe Ángeles de Molango, otros coroneles y con mineros y barreteros, esto sucedió el 8 de noviembre de 1866, hace 150 años, ahí se ataca a un batallón del ejército austriaco, la embestida consistió en quemar el campamento enemigo y provocar el temor de la guarnición que se aproximaba desde Pachuca. Los neohidalguenses estaban hechos de una gran experiencia en resistir militarmente desde la época de la independencia, lo habían demostrado, participan en la batalla de Capulalpan, cerca de Nopala, la cual fue el acabose de Maximiliano, quien después de ese acontecimiento fue hecho prisionero en Querétaro.
Con la república restaurada, a las pocas semanas después del fusilamiento de Maximiliano, Juárez da paso al compromiso y responde a la nueva solicitud que hacen los diputados Manuel Fernando Soto, Antonino y Protasio Tagle, Manuel T. Andrade, Cipriano Robert, Gabriel Mancera, José Luis Revilla y Justino Fernández. En 1868 se dan los procesos legislativos para ratificar la creación, el congreso del Estado de México aprueba la escisión al igual que el resto de las entidades del país, se da también la suscripción de los municipios para integrarse al nuevo estado, algunos municipios no alcanzan a solicitar su incorporación y se quedan en el Estado de México.
El 16 de enero de 1869 nace nuestra patria chica, el decreto firmado por Benito Juárez establece que el Segundo Distrito Militar, antes con cabecera en Actopan pero trasladada a Pachuca y en automático la ciudad minera se vuelve capital de la entidad federativa de forma tácita, es decir, no se menciona pero se comprende que no hay cambio de sede de los poderes. Mediante el mismo decreto, el Preside nombra al gobernador provisional: el Corl. Juan C. Doria, un hombre que en Querétaro había estado bajo las ordenes de Mariano Escobedo.
El gobernador Doria emprende en cuatro meses las tareas de pacificar, establecer comunicaciones y normar la administración, crear instituciones educativas y convocar a elecciones del primer Gobernador Constitucional y de la primera legislatura local, la cual sería la constituyente, la autora de la primera Constitución Política del Estado de Hidalgo. Ya erigido el estado de Hidalgo empieza otra historia que no parece muy pacífica, en vista de que vienen turbulencias nacionales como la lucha de Lerdo de Tejada por suceder a Juárez y luego la Revolución de Tuxtepec de Porfirio Díaz.
Quiénes somos y de dónde venimos: del empeño de políticos liberales, de muchas ideas, tradiciones, gustos, providencias, luchas, sentimientos, creencias, danzas, cantos, fuegos, trabajo, culturas… El estado de Hidalgo debe de ir identificando y recordando todo este devenir y entender qué nos hace buenos y mejores para afrontar el futuro. Con esto termino esta serie de textos en ocasión del 148 aniversario de la entidad, esperando que para el 150 aniversario tengamos la mejor perspectiva futura ante los retos de este siglo que va apenas encarrilándose.