Ráfagas: Tatiana Ángeles, cuentas pendientes
Libros de ayer y hoy
La famosa neutralidad de los medios archivada desde hace tiempo, dejó abiertas las evidentes posiciones de tomar partido. En el gobierno de la 4T la intromisión mediática lanza la linea de quienes están en contra. No hay el más mínimo recato, aún cuando se aferren a datos y declaraciones que por lo general sufren la misma fractura: son informes ofrecidos a modo. Lo hemos visto en medios ingleses que aparecen de pronto para señalar desvíos desde sus informantes y en el caso reciente del muy soberbio The New Times, que pretende saber más del caso Ayotzinpa, que quienes lo investigan a diario. La presencia digital entra al quite en estos tiempos, para profundizar en el comportamiento mediático, sus razones, intereses y alianzas. Sección del libro La prensa transnacional. Fundamentos para una metodología histórica (UAM 2020) sobre La circulación internacional de la noticia, un ensayo de Colette Colligan pone al descubierto la complicidad que expresan medios y sectores políticos, cuando está de por medio un caso que pone la ideología a discurrir. Coordinado el libro por el investigador, académico y periodista, Arnulfo Uriel de Santiago Gómez, el escrito que inserta, demuestra como los medios pueden ocultar, censurar o definir posturas cuando está de por medio su línea editorial y desde luego su postura ideológica. El ensayo desnuda el trato que recibió Óscar Wilde en el famoso proceso en su contra, que tuvo cuatro etapas a fines del siglo XIX.
DE INTERÉS MUNDIAL EN 1895, EL CASO WILDE RETOMADO EN FRANCIA EN 2014
Interesante ha sido como, ante la masividad digital, se pudo penetrar en información de 127 años atrás, con un sofware, un programa informático de investigación, diseñado especialmente. Se creó la aplicación Wilde Trials Press Reports, una base de textos completos de comparación para mostrar el rumbo de los medios que reproducían en buena parte, a veces copiados, un caso que causaba gran interés a personas de nacionalidades extranjeras, sobre todo inglesas, que vivían en Francia. En medios de ocho países consultados a partir de la idea surgida en 2014, los hay de México del siglo XIX. La investigación siguió su curso varios años después, porque la publicación de Santiago Gómez en la UAM, es del 2020. La acusación de John Sholto Douglas, marqués de Queensberry contra el escritor y poeta nacido en Irlanda, fue directa a un tema personal: la presunta seducción de su hijo Alfred Douglas por relaciones homosexuales que en realidad eran consentidas por un joven mayor de edad que tenía experiencia. La denuncia conmocionó a una sociedad conservadora, hundida en la etapa victoriana, que convirtió el caso en un debate de conciencia. El estudio de Colette Colligan de la universidad Simón Fraser, Burnaby, Canadá, apoyado por expertos de la investigación digital, ha estado concentrado en Francia y zonas francófonas que reprodujeron el caso, a partir de las agencias Havas, Associated Press, Reuters y Wolff, que se repartían parte del mundo, aunque hubo medios que se fueron por la libre. Las noticias se concentraron en siete medios, en especial en el Galignani Messenger que destaca entre ellos por la abundancia de su información sensacionalista y del cual partió, básicamente, la investigación.
ANTE EL SUCESO WILDE, LOS MEDIOS MOSTRARON SU VERDADERA CATADURA
La coincidencia en la información, a veces calcada en el caso Wilde, es el ejemplo de la complicidad mediática que arropa los mismos intereses. En México es muy claro en los medios extranjeros que escriben en contra de este gobierno, porque coinciden con la derecha mexicana.Y la información desde luego, sale de aquí, de esos grupos. En la investigación francesa los siete medios seleccionados presentan la información del caso Wilde, aunque como se dijo, el Galignani los supera. Hay sin embargo medios fuera de ese grupo Le Courier, por ejemplo, medio londinense que publicaba para todo Europa que muestra diferencias con los mencionados al publicar secuencias criticas sobre los otros medios. Denunciaba la hipocresía de la prensa inglesa en el tratamiento hacia Wilde, cuando periódicamente habían criticado la moral francesa. Criticaba también a la prensa francesa por sus suposiciones indiscretas sobre la influencia política del juicio. E insinuaba que podía haber habido una conspiración utilizando el caso. Hubo diarios como el París Herald que publicaban en contra de Wilde y le daban mérito al marqués Queensberry. Entre las regiones francófonas, medios como la Chronique de Jersey, una de las islas del Canal, mostraba gran simpatía por Wilde y condenaba que hubiera sido “despiadadamente ignorado por sus pares”. De hecho este juicio que llevó a Wilde a la cárcel por dos años, aceleró su muerte, ocurrida en Francia a los 46 años. Colligan recalca que la masividad digital propicia el acceso a este tipo de investigaciones, que se pueden extender a todo tipo de casos, y tratándose de medios exhibir la realidad de lo que fueron y son en el mundo de antes y el actual. Los intereses en juego.
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