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CIUDAD DE MÉXICO, 6 de junio de 2016.- Lo parejo de la elección en algunos estados donde debió ganar la oposición de calle, revela que el PRI todavía está vivito coleando. Su fortaleza fue fuertemente zarandeada ayer, pero no se le da por muerto.
En cambio, la oposición mostró una debilidad que sorprende, pues el dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya, dijo que su partido había ganado cuando menos en tres estados.
Son estados grandes, es cierto, pero fueron pocos para como están las cosas en el país.
Tenemos, pues, que el principal partido de oposición sólo puede asegurar el triunfo en tres estados de doce. Se trata de un mal resultado para Acción Nacional, salvo que se confirmen los indicios que lo podrían dar como ganador en Chihuahua, Durango, Aguascalientes y Tamaulipas.
Con una baja aceptación de la gestión gubernamental, poca popularidad del Presidente, inseguridad, mal humor social y el dólar casi a 19 pesos, el PRI ganó la mayoría de los estados. Estados pequeños, pero fueron muchos.
El PAN y PRD no fueron una alianza arrolladora como hace seis años pues no ganaron donde fueron juntos contra el PRI, salvo, quizá, en Durango y por poco en Veracruz.
Morena tuvo un buen desempeño dada su novatez como partido, pero no fue la barredora que algunos analistas auguraban.
En Veracruz, Morena fue tercero, tal y como lo adelantó la encuesta de El Financiero, que algunos propagandistas calificaron de “cuchareada”.
Resulta alentador subrayar que lo negro de las campañas no tuvo su correspondiente en la jornada electoral de ayer domingo, pues la ciudadanía respondió con civilidad ejemplar y los incidentes de consideración se cuentan con los dedos de una mano.
Quizá la nota más fuerte en esta elección la representa el resultado en Veracruz, donde el PRI habría perdido por sólo dos o tres puntos.
Un estado endeudado, ensangrentado, dolido por el gobierno despótico de Javier Duarte, el electorado castigó al PRI. No había de otra.
El PRI, con cifras impresentables en materia económica y en seguridad, tenía una misión imposible que era retener Veracruz.
La victoria contundente del PAN en Puebla es casi la única que ese partido puede presumir con holgura y sin alianza con el PRD.
En Tamaulipas, donde siempre ha gobernado el PRI y se vive una crisis de seguridad desde hace largo tiempo, la moneda estaba en el aire.
Hasta anoche se contaba voto a voto sin resultado claro para nadie, aunque distintas encuestas de salida daban ventaja al panista Cabeza de Vaca.
Chihuahua, donde hay un gobernador del PRI mal evaluado porque nunca pudo explicar cómo es que se hizo de un banco, la votación era cerrada y la casa de campaña del panista Javier Corral se abstuvo de festejar.
En síntesis, el PRI sigue ganando elecciones y es competitivo aún en estados donde ha gobernado mal. Pero ayer fue un mal día para ese partido.
Los electores pusieron su parte al acudir pacíficamente a las urnas a depositar su voluntad.
Ahora falta que los partidos estén a la altura del comportamiento ciudadano, que fue ejemplar, acepten los resultados, o impugnen y admitan el fallo del Tribunal.