Subestimando a la presidenta
Junto a la tragedia acumulada de la pandemia de COVID-19 en todo el mundo, un mal no menos doloroso ha provocado incontables sufrimientos que pudieron ser evitados. Se conoce como ‘infodemia’ a este fenómeno que dispersa por todos los rincones la mentira y el error; y que comparte algunas de las funestas características epidemiológicas: el virus en sí es la ignorancia y el miedo; los medios de contagio se multiplican por la falta de juicio y el exceso de exposición a ‘contactos’ ya enfermos; finalmente, aunque la vacunación contra la ‘infodemia’ es necesaria hay quienes siguen creyendo que su ignorancia no existe.
Hay muchos otros paralelismos, pero al igual que los virus que contagian todos los huéspedes posibles para replicar su código genético, el virus de la infodemia no respeta sexo, raza, credo, clase social ni nivel de estudios. Todos somos altamente vulnerables a dejarnos seducir por el error y la jactancia, y sus terribles consecuencias: la ignorancia y la soberbia.
Al igual que sucede con la pandemia de COVID-19, hay mucha gente que sufre directa e indirectamente los efectos de la infodemia. Y la responsabilidad de las instituciones y las estructuras intermedias de la sociedad es auxiliarlos, hacer lo posible porque se recuperen del mal que les aqueja y hacerles recuperar algo de salud mental, moral o intelectual.
La Iglesia católica ha dado un paso adelante en esta responsabilidad mediante la creación de un ‘Consorcio Internacional de Medios Católicos, Agencias Noticiosas y Distinguidos Científicos’ para clarificar las noticias falsas, la informaciones confusas, erróneas o maliciosas sobre las vacunas contra el COVID-19 que se difunden o distribuyen en comunidades cristianas.
El consorcio denominado ‘Catholic Fact Checking’ está liderado por la red católica mundial de comunicación ‘Aleteia’ junto a la agencia de verificación de información ‘Verificat’ y la agencia de noticias desde el Vaticano ‘I Media’. Esta iniciativa constituye uno de los once proyectos ya patrocinados por Google News Initiative y el ‘Fondo contra la Desinformación sobre las Vacunas contra la COVID-19’
El lanzamiento del consorcio y el desarrollo de una red de información verificada, imparcial, útil y correcta sobre las vacunas, el virus y las diferentes respuestas humanas y culturales ante la pandemia no puede llegar en mejor momento para los fieles cristianos y para muchos sectores católicos. La prolongación de la prevención y las ‘no siempre cómodas’ medidas sanitarias ante la enfermedad así como la imperante necesidad de retornar a dinámicas sociales que han sido modificadas por el contagio, las mutaciones del virus y los grados de eficacia de las vacunas suelen generar sentimientos y pensamientos ambivalentes en muchos creyentes. Además, no ha sido extraño encontrar grupos de creyentes fanatizados, milenaristas, fundamentalistas, apocalipticistas y adoctrinados en teorías conspirativas que no ceden en ninguna de sus certezas aunque el tiempo, la realidad y hasta su propia Iglesia o pastores las han evidenciado como erróneas.
Combatir la pandemia tanto como la infodemia no es una labor sencilla, se requiere tesón, paciencia, sacrificio y, sobre todo, una inmensa capacidad de resiliencia ante los errores en que nos hacen caer nuestras propias ignorancias. Debo insistir: Todos somos altamente vulnerables a dejarnos seducir por el error y la jactancia; refugiarse tras las certezas que nos dan más consuelo que inquietudes a nuestra mente puede ser una trampa de nuestra vanidad o soberbia. Ya lo dijo el escritor C.S. Lewis: “Si buscas la verdad, es posible que al final encuentres consuelo; si buscas consuelo, no obtendrás consuelo ni verdad, sólo un suave jabón e ilusiones al principio; y, al final, mera desesperación”.
*Director VCNoticias.com
@monroyfelipe