Subestimando a la presidenta
CIUDAD DE MÉXICO, 1 de agosto de 2016.- Como en un auténtico thriller que combina también tintes de terror, continua avanzando inexorable la contienda por la presidencia estadounidense.
Baste para dar seguimiento a ello, analizar la última encuesta de CNN tomando en cuenta 4 candidatos, Trump aventaja a Hillary Clinton por un porcentaje de 44 sobre 39. Sigue el candidato del Partido Libertario, Gary Johnson, con el 9% y la candidata del Partido Verde, la Dra. Jill Stein, con un 3%. Sin embargo, para el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, la amenaza de tener a Donald Trump como presidente no es un motivo para apoyar a Hillary Clinton. Ante esta disyuntiva, Assange dijo: «Es como si me preguntaras qué prefiero ¿el cólera o la gonorrea?».
Y no es para menos. Del lado Republicano el cual literalmente Trump tomó por asalto ante la torpeza y pasmosa lentitud de reacción de sus dirigentes, quienes veían su precandidatura como un burdo mal chiste que solo quedaría para el anecdotario, ahora se ven con las manos atadas e impotentes ante lo que ya es inevitable.
Paradójicamente el temor que esto genera, lo compartimos los migrantes, los mexicanos e incluso buena parte de los conservadores con aceptable nivel educativo y que en absoluto comparten la “filosofía acéfala” del empresario del peinado exótico. Detallar o explicar el por qué este individuo es peligroso y absolutamente cancerígeno, resulta ya redundante e innecesario, todos sabemos lo que pregona y vomita como intención de gobierno, conduciendo nada más la nación más poderos y bélica del mundo.
Por otro lado, tenemos al partido Demócrata, el que tradicionalmente ha sido el más votado por la amplia comunidad migrante, que dicho sea de paso, incide con un considerable peso específico en las elecciones, derivado de ser ya, el 17% de la población de la unión americana, con 25.4 millones de votantes registrados para las próximas presidenciales y siendo precisamente los de origen mexicano los de mayor representación dentro del universo hispano con 63%, dejando muy lejanamente en segundo lugar a los puertorriqueños con 10%. Usted dirá si este “pequeño segmento” de votantes puede hacer la diferencia en una votación que comienza a verse cada vez más cerrada.
El punto es que Hillary Clinton, la candidata quien lucía sobrada ventaja contra cualquier otro contrincante que le pusieran enfrente, ha comenzado con traspiés que afectan seriamente esa diferencia, y está sucediendo. Primero el escándalo de los correos electrónicos donde manejó imprudentemente información clasificada y que en ese país puede ser clasificado como un acto incluso criminal, crisis que libró gracias a la indulgencia del FBI al literalmente perdonarle la vida al negarse a presentar cargos, y ahora apenas se logró controlar la ira de los seguidores de Bernie Sanders luego de que saliera a la luz la manera en que desde dentro del partido Demócrata se operó en la elección de su candidato, favoreciendo ilegalmente a la Clinton. El proceso de cicatrización que esta nueva lesión interna ha generado, llevara mucho esfuerzo y por lo que se ve, no dejara una cicatriz muy tersa.
Aunado a todo esto, Hillary ha sido señalada por muchos medios de comunicación y publicaciones independientes de haber encabezado e incluso patrocinado cualquier cantidad de latrocinios en distintos países del mundo, así como también haber sido coautora del contenido de la “Reforma Energética” impulsada por Peña Nieto, quien hace un año anunciaba con bombo y platillo que no habría más gasolinazos y contradictoriamente, esta semana nos receta el más fuerte en lo que va del año con un alza de $0.53 por litro. ¡Bonita manera de honrar la palabra de un presidente!
Como quiera que sea y en franca coincidencia con Assange, el panorama no es halagüeño para los Estados Unidos, ni para México junto con nuestros migrantes, ni para el mundo en general con estos dos candidatos de terror.