Ráfagas: Voracidad panalista
CIUDAD DE MÉXICO, 28 de agosto de 2018.- A lo largo de los 19 meses que lleva Donald Trump en la presidencia de los Estados Unidos, hay un conjunto de factores que con toda disciplina se han mantenido como una constante, y que se han incrementado paulatinamente a niveles inesperados tanto en el interior de ese país como en todo el orbe. Desastre, encono, mentiras, conflictos, caprichos, ignorancia, incompetencia, corrupción y estupidez.
Desde las primeras semanas como presidente dio muestra de lo que se convertiría en una constante, y mucha gente padeció la que probablemente sea la más nefasta presidencia estadounidense de su historia, cuestión que evidentemente generó y continua generando consecuencias severas, graves y diversas pero que en algún momento tendrían que afectar inexorablemente al mismo Trump, y ya está sucediendo, precisamente en la antesala de las elecciones intermedias en las que los demócratas están muy cerca de arrebatar el control del congreso a los republicanos que lograron mayoría, tal y como hemos pronosticado desde principios de 2018.
Múltiples son los conflictos que le oscurecen a Trump el panorama político, pero de entre todos, algunos los que más escaparte o representatividad tienen son:
-Xavier Becerra, fiscal general de California, nuevamente demandó el jueves pasado por segundo año consecutivo al gobierno del presidente Trump, por retener fondos federales bajo el argumento de que el estado no cumple con las pautas de colaboración para combatir la inmigración indocumentada. Becerra por su parte no ha cedido y sostiene la posición de que las agencias de aplicación de la ley en California y en todo el país merecen acceso a estos recursos que son urgentemente necesarios para promover la seguridad pública, por lo que continuaremos luchando en su nombre.
La batalla legal que mantiene California es por los recursos que asigna el Congreso al estado y sus jurisdicciones locales por $28,9 millones de dólares en 2018. En julio del año pasado, el fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions anunció nuevos requisitos a ser cumplidos por las ciudades que reciben subvención del programa, lo cual complicó todavía más esta problemática.
-Más de 300 diarios de toda la unión americana publicaron el jueves 16 de agosto editoriales de manera coordinada en los que denunciaron los ataques y amenazas reiterados del presidente Donald Trump a la prensa como un «peligro» para la sociedad estadounidense.
«Llamar a la prensa ‘el enemigo del pueblo’ al igual que va contra los valores estadounidenses es también un peligro para el tejido cívico que hemos compartido durante más de dos siglos», indicó el editorial del Boston Globe, diario que impulsó la iniciativa. Por su parte, el New York Times apeló a los ciudadanos al asegurar que la prensa los «necesita».
Su editorial arranca con una referencia histórica, cuando en 1787, el año en que se adoptó la Constitución de Estados Unidos, Thomas Jefferson escribió a un amigo: «Si tuviera que decidir si debíamos tener un gobierno sin periódicos o periódicos sin un gobierno, no dudaría un momento en preferir el último».
Al frente común se sumaron tanto diarios de gran tirada de ciudades grandes como periódicos locales, entre ellos cabeceras como The Houston Chronicle, Minneapolis Star Tribune, Miami Herald o Denver Post.
«Pedimos a los consejos editoriales de todo el país -progresistas y conservadores, grandes y pequeños-, que se unan a nosotros para encarar esta amenaza fundamental en sus propias palabras», remarcó el Globe. El mandatario ha criticado de manera repetida a los medios de comunicación por citar «fuentes anónimas que no existen» para elaborar sus noticias e «inventar historias» para desacreditar su trabajo.
-La última de las crisis, pero por mucho la peor, es la que coloca a Trump en una muy probable encrucijada política y también legal. El escándalo fue destapado por su ex abogado al confesar a las autoridades haber pagado por su silencio a una actriz pornográfica y a una modelo de Playboy respecto de haber tenido encuentros sexuales con el candidato, acuerdo realizado precisamente en la temporada electoral, de la que Donald T. resultó vencedor, silencio que en ese momento le era indispensable en sus aspiraciones presidenciales y que de haberse roto exhibiendo las aficiones sexuales del magnate, bien podría habérsele negado la posibilidad de convertirse en político. Lo negó el mismo Trump y su equipo en la Casa Blanca, y posteriormente lo aceptaron pero aclarando que supuestamente se había enterado del pago hecho por su entonces abogado, con posterioridad a la elección y que el dinero utilizado salió de sus recursos propios y no del dinero electoral, sin embargo en cualquiera de ambos casos, puede ser sujeto de ser considerado como delito y el inicio del derrumbe total del presidente anaranjado.