Voces libres: ¿Legitimar el fraude en el Estado de México?

CIUDAD DE MÉXICO, 12 de junio de 2017.- Ni siquiera la comunidad migrante en los Estados Unidos que tradicionalmente son muy mal abastecidos de información veraz, completa y fidedigna, pudieron ser engañados en torno al monumental fraude perpetrado en las elecciones del Estado de México.

Personas originarias de esa entidad y de varias otras, que residen del otro lado de la frontera norte, me han preguntado cómo es posible que ante tan evidente dispendio de recursos públicos e inversión de dinero de procedencia desconocida y obviamente ilícita al no ser por vías legales, las instancias electorales tanto federal como local, no hayan visto el descarado acarreo incluso en autobuses, la brutal comprar de votos, las urnas embarazadas con cientos de boletas enrolladas todas con la misma forma y ninguna con el doblez necesario para poderlas introducir por la angosta ranura de las urnas electorales como consta en videos exhibidos en redes sociales, así como también de conteos de boletas electorales marcadas todas a favor del PRI que pasan de a una pero con conteo en voz alta de 2 en 2, o de 3 en 3, o que del número 49 se brinca al 80, las múltiples imágenes en que se aprecia a grupos de mujeres que el día 4 de junio con listados en mano, y a unos pocos metros de las casillas, iban pagando 200, 500 o hasta mil pesos por cada voto realizado. En resumen, la pregunta es, ¿Qué atado de incompetentes están al frente del Instituto Electoral del Estado de México, que cobran enormes sueldos y no garantizan el más mínimo avance democrático en un proceso electoral local?,  y ante cuyo actuar solo se pueden entender 2 razones: O son absolutamente ciegos, incapaces, omisos, y criminalmente irresponsables, o hay un contubernio y complicidad con el grupo de poder que controla el destino mexiquense desde hace 8 décadas, coto que no están dispuestos a perder, literalmente a cualquier costo.

No se requiere ser un genio para saber a quién se le está robando esta elección; Directamente a la Maestra Delfina quien a paso firme y de la mano del presidente nacional de Morena, elevo su posicionamiento estatal en casi un millón de votos, lo cual ya tiene más que preocupados a los otrora omnipoderosos integrantes del ahora llamado grupo “Atracomulco”, quienes en sus cálculos, consideraban como escenario ideal el que ante el magno fraude, Morena convocara a movilizaciones multitudinarias de protesta, cierres de caminos, toma de instalaciones y otro tipo de medidas de resistencia que aun siendo plenamente entendibles, sería hacerles el juego y darles argumentos para que el grueso de los medios masivos de comunicación, a su servicio, comenzaran nuevamente a satanizarlo y condenarlo por tan “atroces, inhumanas, violentas y anarquistas acciones”. AMLO conoce bien esa historia y su mudus operandi; Ya lo vivió y padeció, y por lo visto, y aun teniendo argumentos más que válidos y suficientes para la protesta social, sabe que el Estado se ha instalado en una posición de cinismo tan fuerte, que incluso con protestas violentas, nada se conseguiría, y si, en cambio se estaría dotando a sus detractores, de argumentos para crucificarlo mediáticamente en su ruta al 2018.

El camino de Morena y del tabasqueño, está trazado, y por más que intenten sacarlo de control, difícilmente lo lograran. Su mira está en las presidenciales del próximo año y no lo van a desviar, se jugará el juego de las instituciones, agotando todos los recursos legales disponibles, incluyendo los internacionales, aunque usted, yo, ellos y los otros, sabemos perfectamente que al menos en lo concerniente al IEEM o al INE, no se cederá a un sano y maduro recuento total de la votación ni se reconocerán las enormes violaciones al proceso electoral, por más pruebas que se presenten sin importar su contundencia. En síntesis, no morderán la mano de sus amos, sin importar que traicionan a su patrón, el pueblo.

El costo que esta nueva estrategia pueda representar, radica en la inconformidad también valida de los militantes y votantes de Morena, quienes con frustración ven como se les arrebata corruptamente un triunfo más, haciéndoles llegar el mensaje de que por lo que al Estado concierne, la izquierda no llegará, y si no hay protesta que canalice ese malestar, se puede generar la sensación de que con la moderación, se estaría legitimando el que ojalá sea el último gran fraude electoral de Estado.

El animal político está jugando sus cartas en una mesa muy peligrosa y delicada, con estrategia pura.