Así no, presidenta
CIUDAD DE MÉXICO, 22 de mayo de 2018.- Ha transcurrido una semana con varios y disímbolos acontecimientos cargados de gran tinte y énfasis en torno al tema migrante.
Comenzaremos citando el cuadragésimo noveno insulto proferido por el deslenguado titular de la presidencia estadounidense en contra de los migrantes hispanos, cuando el miércoles pasado durante una reunión con republicanos californianos en contra de las ciudades santuario, se atrevió a decir en referencia a migrantes hispanos que “no eran personas, sino animales”, con lo que se ganó el inmediato repudio dentro de los Estados Unidos por parte de la comunidad migrante, organizaciones pro migrantes, políticos de todos niveles incluso hasta de algunos gobernadores demócratas, así como de la opinión pública internacional y… Sí, aunque parezca increíble, también con una casi inédita protesta por parte del tradicionalmente dócil gobierno mexicano.
¿Reacciones? Si, tan solo de forma pero en absoluto de fondo porque sería iluso pensar que incluso ante una protesta mundial, esto fuera factor para lograr un replanteamiento de criterio por parte del porfiado e irreflexivo Donald Trump. Como conclusión, al racista mandatario simplemente le importa poco el malestar generado y su posición continuará sin más porque incluso también le divierte provocar e incomodar.
En cuanto al otro tema, el de la más reciente masacre en un colegio, el estado víctima fue Texas, muy cerca de Houston donde se registraron 10 vidas segadas de jóvenes escolares que simplemente ya no tendrán la oportunidad de ver la luz de nuevo. ¿Qué pudo provocar que un niño de 17 años se arme con un fusil AR15, una pistola y una escopeta para entrar en una escuela y asesinar a cuanta persona se le pusiera enfrente? Ojalá hubiera una respuesta cierta, pero a pesar de varias hipótesis psicológicas con posibles respuestas, de nada sirven mientras no haya voluntad política por parte de los grupos de poder conservador encabezados por la NRA (National Rifle Asociation), organización privada que protege tan solo los intereses de la multimillonaria industria de la fabricación y venta de armas sin importarles en absoluto que cualquier desequilibrado pueda armarse hasta los dientes mientras tenga la capacidad económica para hacerlo, pero sin que les interese en lo más mínimo la seguridad de la población.
Ese es un tema en que al igual que en la conclusión anterior, mucha de la responsabilidad de tomar cartas en el asunto, recae en D. Trump, pero igual que en el caso anterior, sin esperanza de cambio de actitud y por consiguiente, menos de una eventual solución.
Por último pero también muy importante, en México nos parece digno de destacar el hecho de que por primera e inédita ocasión, el tema central de este segundo debate presidencial fuimos los migrantes. Por consecuencia habríamos esperado tópicos mucho más específicos y con la participación de expertos en el tema, tanto por experiencia y vivencia de esa situación, como por gente de la academia y de diversas voces calificadas, sin embargo no los hubo.
Con propuestas concretas, viables y dotadas de utilidad, solo se escucho una, la del candidato Andrés Manuel López Obrador quién propuso que los 50 consulados que actualmente tiene México en los Estados Unidos se conviertan en procuradurías para la protección de los migrantes mexicanos en esas ciudades, y además propone que la próxima embajadora de México en la ONU sea Alicia Bárcenas, una muy reconocida investigadora de la UNAM.
De aquí en adelante será responsabilidad de la comunidad migrante, no dejar que esta atención finalmente lograda en nuestra causa, sea dejada al garete y se le permita enfriarse. Se requiere de un seguimiento puntual y como bien sabemos hacerlo, mantenernos firmes en la exigencia de acciones reales y concretas.