Así no, presidenta
CIUDAD DE MÉXICO, 6 de noviembre de 2017.- Continuando la ya costumbrista inercia de los ataques semanales dirigidos a los migrantes en los Estados Unidos, este domingo se anunció que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) está buscando implementar una nueva tecnología que aumentaría el control de cada persona que entra y sale de los EEUU.
Escanear la cara de cada persona que entra y sale del país de las barras y las estrellas, con la última tecnología de reconocimiento facial, es la nueva herramienta que el gobierno quiere poner en marcha cuanto antes para combatir la migración ilegal. Según un reporte compartido a medios estadounidenses, el DHS emitió un aviso público pidiendo a empresas de tecnología de reconocimiento facial presentar propuestas para la implementación de este sistema antes de enero de 2018.
Este 14 de noviembre el Departamento de Seguridad Nacional se reunirá con los pesos pesados de esta industria en Silicon Valley para dar a conocer todos los parámetros de lo que será este enorme plan tecnológico para rastrear la salida y entrada de personas a los Estados Unidos. La intención del gobierno es crear por medio de esta tecnología una base de datos con la información biométrica de los rostros de todas las personas que pasan por un puerto de entrada o de salida de EEUU en la frontera con México.
La novedad es que la tecnología que se quiere implementar permitirá al gobierno escanear a todas las personas sin que estas tengan que salir del vehículo. Aun en movimiento y a cierta velocidad la información biométrica será registrada y almacenada, lo que haría imposible burlar esta nueva herramienta de control, misma que permitirá a la Patrulla fronteriza CBP y al Departamento de Seguridad Nacional cotejar la información de entrada y de salida de personas con el estatus legal y de visas de cada viajero.
Adicionalmente y en otro frente de ataque anti inmigrante, el presidente Trump descartó que el Congreso pueda incluir una solución para los jóvenes indocumentados llamados “soñadores” en el próximo presupuesto, una postura que podría desatar una batalla con los demócratas e incluso desembocar en un cierre del Gobierno por falta de fondos.
Trump acordó esa postura con siete senadores republicanos durante una reunión en la Casa Blanca, según aseguraron los legisladores al salir del encuentro.
“El presidente ha dejado muy claro que no quiere ver ningún tipo de legislación sobre DACA como parte del paquete (presupuestario) de final de año”, afirmó a los periodistas el senador David Perdue. En septiembre, Trump anunció el fin del programa ejecutivo de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, en inglés), impulsado en 2012 por el expresidente Barack Obama y que permitió proteger de la deportación a unos 800,000 jóvenes indocumentados que entraron al país como niños, conocidos como “soñadores”.
Trump dio seis meses al Congreso, hasta el 5 de marzo de 2018, para encontrar una solución legislativa para la situación de los “soñadores”, pero la oposición demócrata quiere aprobar una ley para proteger a los “soñadores” antes de que acabe el año, y algunos senadores de ese partido, como Kamala Harris y Ben Cardin, han planteado la idea de incluir esa medida en el plan de gastos que el Congreso debe aprobar en diciembre para mantener financiado el Gobierno.
Los demócratas -que controlan casi la mitad de los escaños del Senado- usarían así la amenaza de dejar el Gobierno sin fondos, y provocar su paralización temporal, para presionar a la mayoría republicana y lograr que se apruebe un reemplazo para DACA.
Si Trump y los líderes republicanos se mantienen firmes en esa postura, y los demócratas insisten en aprobar una medida antes de fin de año, será más complicado llegar a un acuerdo presupuestario antes del 8 de diciembre, cuando expira la medida temporal que financia actualmente las actividades del Gobierno.
El senador republicano Chuck Grassley, que estuvo en la reunión con Trump, reconoció que su partido tiene que “negociar con los demócratas” si quiere aprobar cualquier tipo de reforma migratoria.
Trump quiere que la legislación que reemplace DACA esté acompañada de medidas para reforzar la seguridad fronteriza, limitar la concesión de visas mediante un sistema de méritos y crear un sistema de puntos para obtener la residencia permanente.