Ráfagas: Tatiana Ángeles, cuentas pendientes
CIUDAD DE MÉXICO, 2 de mayo de 2017.- Era la primavera de 2006, y quien esto escribe, siendo migrante, tuve la oportunidad de vivir de cerca la organización de un sinnúmero de actividades, boicots, marchas y paros que se vieron alentados pocos meses después que el Congreso de Estados Unidos aprobara una enorme y agresiva medida antiinmigrante conocida como HR 4437 o “Ley Sensenbrenner”. Desde ese entonces no se había visto en la unión americana una mega organización como la que se llevó a cabo este 1° de mayo en varias ciudades de ese país.
El mensaje es claro y preciso, quienes en esta ocasión han convocado y tomado las riendas de la organización son personas, activistas de todos los segmentos imaginables; Maestros, estudiantes, grupos pro migrantes, líderes de todo tipo, ambientalistas, dueños de los más diversos negocios, sindicalistas y población en general, quienes ahora se enfrentan a un franco retroceso producto del lamentable discurso de un presidente cuyo liderazgo se ha basado en excluirlos a todos con el pretexto de que lo importante es “Hacer grande de nuevo a los Estados Unidos”.
Al igual que durante las megamarchas que en 2006 como nunca antes convocaron a la protesta a cerca de 5 millones de personas en todo el país, básicamente el mensaje de este primero de Mayo mantiene las mismas exigencias y peticiones, con temas que van desde lo local, hasta nuevos temas en relación a los ataques al medio ambiente, así como a los trabajadores por parte del gobierno de Donald Trump.
Como reportaron oportunamente medios estadounidenses, fueron cerca de 250 eventos los programados a lo largo y ancho de los Estados Unidos, desde los más locales y pequeños como una procesión de niños y vigilia en Phoenix y una marcha “virtual” en Nebraska, con una protesta realizada en línea, pasando por paros de trabajadores en Nueva York y en diversos campos agrícolas del país, hasta la marcha masiva en Los Angeles, que pretende al menos hacer surgir los fantasmas de la fuerza que encendió la mecha de millones, el 25 de marzo de 2006.
Desafortunadamente el movimiento a favor de los inmigrantes y los ataques en contra de la comunidad no han cesado desde esos días de 2006, pero el ánimo y la cohesión se fueron perdiendo los años que le siguieron con motivo de las cancerígenas diferencias políticas entre grupos nacionales y grupos locales de base. Sin duda Barack Obama, con su retórica amable hacia los inmigrantes pero su doble cara con la mano dura en deportaciones, siguió generando protestas, pero su relevo, Mr. Trompas y su bestial ataque a las pocas conquistas sociales, ha resultado el nuevo factor de impulso y unión que fue mostrado en este día de protestas.
¿Repercusiones? ¿Resultados? Habremos de ser testigos de ello en los próximos días.