(W) Ecos Sindicales: Operación Panal
CIUDAD DE MÉXICO, 7 de noviembre de 2016.- Un buen amigo en una interesante charla de café, comentaba hace unos días sobre una historia increíble. De hecho, utilizó el suspenso de manera magistral puesto que durante el relato, jamás permitió un solo asomo o rastro que pudiera dar indicio respecto de si la idea provenía de una mente maestra del terror que haría palidecer al mismísimo Sir Alfred Joseph Hitchcock, el director británico y pionero de los géneros cinematográficos del suspenso y el thriller psicológico, o tal vez inspirada en la realidad de una nación ubicada en lo que los científicos denominan “Tierra Paralela”, una versión alterna de nuestra materialidad, con personas muy similares pero con muy distintas personalidades y desarrollo de la historia.
Inevitable imaginar como un lugar que todos conocemos, podría tener un desarrollo de su historia absolutamente distinto, tenebroso en este caso, terrorífico en muchas facetas y con desenlaces distintos, más largos o cortos, pero inimaginables para una realidad “normal”, como la que creemos conocer.
Déjeme platicarle un poco, pero le anticipo amable lector, que continuar esta lectura será a riesgo suyo, esperando tan solo ofrecerle una idea de la ¿irreal? historia que me fue contada.
Esta narración se desarrolla en lo que se podría calificar como una república “bananera”, de una nación de la que no me dieron nombre, pero fue descrita como un lugar que surgió como un conjunto de pequeñas y orgullosas civilizaciones hace más de 6 siglos pero que en algún momento, como si fuera producto de un “karma”, comenzó a cruzar su camino con extraños visitantes que astutamente ofrecieron vistosos objetos y nuevas creencias, con las que en poco tiempo lograron ir sometiendo a los anfitriones de manera psicológica, militar y económica.
Esa parte de la crónica, continúa en una evolución que mantiene a los anfitriones siendo objeto de saqueos, sometimiento, abusos y toda clase de atrocidades durante los siguientes siglos. Retoma la narrativa con una lucha intestina en la que mueren muchas decenas de miles para lograr una independencia del primer visitante pero que nunca se concretó como tal, debido a que solo se quitaron un pie del cuello, para de inmediato y sutilmente, de manera casi imperceptible, tener uno distinto, pero otro pie al fin y al cabo.
Un siglo después, los anfitriones nuevamente intentan despertar y reaccionar, liberarse, y lo logran momentáneamente con una revolucionaria etapa que de manera fratricida, los ilusiona con la posibilidad de superar el “karma” que los persigue y les niega la posibilidad de ser felices y libres, inercia que al final de este capítulo, se mantiene.
El desarrollo de la historia es incesantemente frustrante, cada vez que surge un halo de esperanza, algunos personajes o grupos se encargan de cancelarles la oportunidad y esto se extiende hasta llegar a la época actual. Los anfitriones, nuevamente fueron sometidos, las formas y técnicas para controlarlos han evolucionado en algunos casos y en otros, las maneras tradicionales han prevalecido siendo reforzadas, sembrando siempre en la mente de los debilitados anfitriones, los temores y fobias que desde sus inicios hace siglos, les han garantizado el control de los nobles protagonistas de esta historia.
En los más recientes capítulos de esta semblanza, se cuenta como este utópico país, se enfrenta a una serie de sucesos que lo sitúan en lo que podría considerarse como la encrucijada más complicada de su historia, en la que los anfitriones habrán de definir si sucumben ya sin más remedio ante los hijos de los hijos de los hijos, de quienes comenzaron a ponerles el pie en el cuello, o finalmente y al fin, deciden extirparse esa maldición que los ha ahogado tanto, que pareciera que respirar ya no era necesario, aunque ello inevitablemente conduzca a la muerte
Usted, muchos y yo, créame, estamos deseosos de conocer el desenlace de este relato que pareciera novela negra. Un desenlace distinto a cualquier otro, en el que esta historia nos obliga a participar de manera interactiva y en el que la mayoría actuará de forma cobarde y mezquina, agazapándose indignamente en su patética zona de confort para solo ser espectadores y dejar su destino y el de sus descendientes en las manos de los lectores verdaderamente interesados o tal vez en las de los verdugos herederos.
¿Cómo piensa que alcanzará a ver o hacer evolucionar esta crónica?