¡Hasta Siempre, Presidente!
CAPÍTULO I
Lectura en números romanos
Pasé por una residencia en construcción, un albañil atento me saludó y me invitó a conocer la mansión. Agradecí su amabilidad, pero no acepté, en la malla que protegía improvisadamente la construcción vi una placa con los datos de la obra.
Traía el número de licencia autorizada por el ayuntamiento y también Vo. Bo. de la CTM y venía ahí la Sección de esa confederación ¡en números romanos!
Le pregunté qué número representaba las letras y textualmente me respondió: soy albañil, pero terminé la secundaria y ahí dice Sección VIII (8)
-Disculpen que además lo haya escrito en número arábigo, pero esta columna también es leída por integrantes del CEN del SNTE y ellos no saben leer los números romanos-
CAPÍTULO II
¿Por qué y para qué utilizar los números romanos?
Los números romanos, más que una forma de contar, son un símbolo de historia y tradición. Desde los relojes de catedrales hasta los capítulos de libros, aportan elegancia y claridad, guiando al lector o espectador a través del tiempo y el orden. En la ley y los documentos antiguos, infunden autoridad, mientras que, en el arte y el cine, sugieren continuidad y permanencia. Son un puente entre lo antiguo y lo moderno, que sigue resonando con un eco de solemnidad en la cultura contemporánea.
CAPÍTULO III
La realidad
Muchos sindicatos continúan con esta bella tradición de enumerar cada sección con un número escrito en romano, insinuando: historia, capítulos de una gran obra, elegancia, dando entender que cada sección es una parte de un todo y el todo es la unidad en todas sus acepciones.
Qué lamentable que sindicatos como el del magisterio -SNTE- donde el gran grueso de sus integrantes tiene un perfil académico profesional o cuando menos de bachillerato, haya optado por utilizar números arábigos -totalmente ordinarios- porque el dirigente en turno simplemente no es capaz de descifrar que sección representa, así de ese tamaño es la ignorancia.
Gran contraste con sindicatos como del ramo de la construcción que escasamente terminaron su educación básica lucen con garbo el nombre de la sección con los números romanos como debe ser.
Lo peor de todo es que el SNTE es un referente por su vínculo inherente a la educación y algunos otros sindicatos ya tratan de imitarlo. ¡La ignorancia es contagiosa!
CAPÍTULO IV
Los pequeños detalles hacen la gran diferencia
La trillada anécdota que reza: – ¿Qué hora son? – ¡Las horas que usted diga… maestra Gordillo!
¡Y fue así como algún ilustre asesor de la ex lideresa que no pudo en un discurso pronunciar la palabra “Epidemiologia” tuvo años antes la NO brillante idea de reemplazar los números romanos por números arábigos en aras de que Elba Esther Gordillo no demostrara su ignorancia!
Afortunadamente en el CEN del SNTE, desde que Gordillo fue depuesta, ¡cambiaron muchas cosas… para que todo siga siendo igual!
Retazo con Hueso. – Cacaraqueando el huevo
Muy polémica resultó la columna de la semana pasada, donde se alude que hubo injerencia por parte del gobierno del estado; la evidencia que respalda en parte esa tesis fue la edición impresa de un diario de gran circulación estatal, que con fotografía y reseña dio por bueno a otro.
(W) Ecos Sindicales fue leída por el senador y dirigente nacional del SNTE Alfonso Cepeda Salas o cuando menos por sus asesores, fue la oportunidad para que el senador debutara con una propuesta sui géneris. El martes 24 del mes y año en curso, el Maestro Cepeda Salas, en tribuna de la Cámara Alta pugnó por el fortalecimiento de la autonomía sindical y propuso además castigar severamente la “injerencia de los servidores públicos” que incidan en las elecciones sindicales para tener dirigentes a modo. Justamente lo señalado en este espacio sobre la injerencia que privó en dicho congreso extraordinario.
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.