Subestimando a la presidenta
INDICADOR POLÍTICO
Surgida de una propuesta del presidente López Obrador, la pre-precandidata del Frente Amplio Xóchitl Gálvez acaba de adelantar, en uno de los temas torales de la agenda nacional, la restauración de la política de seguridad del Gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, hasta ahora indefendible por el uso arbitrario de las Fuerzas Armadas en labores de seguridad pública y por la gestión de Genaro García luna como secretario de seguridad pública, hoy encarcelado y a la espera de sentencia por alianzas con el narcotráfico.
El tema de la inseguridad comienza a ocupar espacios político-electorales en los discursos de los precandidatos de todos los partidos, bastante porque el proceso de designación oficial de competidores por el cargo presidencial se mueve en medio de evidencias ominosas de violencia criminal, de aumento de las presiones por el tráfico de drogas y de cifras de inseguridad que siguen reflejando ese tema como el prioritario en el ánimo nacional.
La propuesta de seguridad de la pre-precandidata Gálvez ha salido –y éste es un dato mayor– de un equipo especializado de asesores en materia de comunicación política vinculado al PAN y al activista Claudio X. González, atropellando los compromisos del proceso del Frente Amplio de sólo buscar el reconocimiento público y no comprometer con anticipación propuestas de gobierno del PAN y del PRD.
En este contexto, la senadora Gálvez estaría imponiendo en el Frente Amplio de tres partidos de oposición y de una larga lista de organizaciones presuntamente civiles los criterios ideológicos del PAN de Vicente Fox y de Felipe Calderón Hinojosa, aunque la candidatura oficial del frente opositor estaría avalada por el PRI y por el partido de los Chuchos con el membrete del PRD.
Y aunque el PRI y el partido Chuchista están controlados por bloques de poder conservador y neoliberal, de todos modos, los precandidatos priistas Beatriz Paredes Rangel y Enrique de la Madrid, los panistas encabezados Santiago Creel Miranda y los perredistas Jaime Enríquez Félix, Silvano Aureoles y Miguel Angel Mancera no han definido sus propuestas en materia de seguridad, pero todos ellos tienen opiniones críticas sobre lo ocurrido en los sexenios de Fox y Calderón y están planeando ir más allá del modelo de López Obrador.
La invocación que hizo la senadora Gálvez de recuperar el modelo de seguridad del Gobierno de Calderón cayó un mal momento político por el arresto y enjuiciamiento de su secretario de seguridad, Genaro García Luna, a la espera de sentencia condenatoria en una prisión de alta seguridad de Estados Unidos. Ese dato se debe incluir el hecho de que el expresidente Calderón se encuentra exiliado en España, ante el temor de que los expedientes de García Luna y sus acusaciones de complicidades con el crimen organizado alcancen al exmandatario.
El dato más importante de esta propuesta de la senadora Gálvez tiene que ver con el mensaje de restauración del modelo presidencial Fox-Calderón que fracasó en una gestión de doce años del Gobierno federal y que facilitó, casi en modo automático, al regreso del PRI a la presidencia en el 2012 y el fracaso político del presidente Enrique Peña Nieto.
Los gobiernos panistas y priistas de 2000 a 2018 y su saldo negativo en materia de corrupción e inseguridad facilitaron la victoria contundente de López Obrador en julio de 2018 con el 53% de los votos –que no se veía desde 1982–, contra 22% de votos por el PAN y 16% por el PRI.
Las propuestas de la senadora Gálvez de restaurar los modelos de seguridad de Fox y Calderón están determinando como limitada su propuesta política de gobierno del Frente Amplio opositor sólo como una restauración ideológica panista, con el aval, apoyo y compromiso del PRI y del PRD de los Chuchos.
Las opiniones y conclusiones expresadas en el artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición de Quadratín.