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PACHUCA, Hgo., a 19 de febrero de 2020.- En una plática que abordó el efecto público y político de las redes sociales, Nicolás Freire Castello, académico de la Escuela de Gobierno y Comunicaciones de la Universidad Central de Chile, expuso su opinión y el marco histórico que definirían las ventajas y desventajas de controlar los espacios en redes sociales con respecto a la política, ya que éstas son también un espacio para la transparencia y la participación ciudadana.
En su conferencia denominada “Política y Redes Sociales: desmitificar para comprender el uso político de la comunicación digital”, dictada en la instalaciones del Instituto Estatal Electoral de Hidalgo (IEEH), Freire Castello expuso el marco histórico de la comunicación política y su relación con la manera en que se dirigen los mensajes en la actualidad, principalmente a través de redes sociales.
En uno de los puntos más importantes, el Cientista Político, Magister en Instituciones Parlamentarias y doctor en Estudios Americanos habló de la posibilidad de normar o controlar el fenómeno de las redes sociales desde la perspectiva de cuestionarse si ello es factible, ya que siendo espacios donde se puede controlar la realidad, también son espacios de control de transparencia y de fiscalización ciudadana, por lo que si se limita uno, se limita lo otro.
La distinción, dijo es que el rumor tiene menor repercusión si el mismo lo da una persona cualquiera o la da un actor político.
Por ello, dijo, si es oportuno poner algún tipo de regulación, es necesario iniciar por las autoridades y pensar en un nuevo liderazgo de opinión. La normativa iría orientada, dijo, a si un actor político pone en práctica un comportamiento no adecuado en tiempo electoral.
Es en este caso, expuso, donde hay mayor espacio para normar no en sí la red, sino el comportamiento individual de actores e instituciones.
En el caso de la publicidad política, señaló que las redes sociales no tienen manera de reemplazar el puerta a puerta, ni la entrevista en medios ni la discrecional participación en un parlamento o consejo.
Asimismo, concluyó que ninguno de los medios de comunicación tradicionales queda obsoleto, pues el que antes era un panfleto, hoy día es un meme, los diarios impresos ahora pueden ser digitales.
No obstante, resaltó de 2010 a la fecha, cada vez menos personas se informan vía televisión, radio, revistas, diarios o familia, siendo que la mayoría recibe información por medio de internet y redes sociales.
Definió específicamente a Twitter como un territorio político digital, ya que es un espacio público con gran cantidad de usuarios que tiene el espíritu de publicidad que no tienen otras redes.
Finalmente, señaló que los retos de la comunicación política actual son cuestionarse el por qué, para qué y qué regular, si el espacio, los actores o las acciones, así como conocer y comprender para qué, si para educar, para informar, para regular, y cómo combatir los efectos distorsivos.
De esta manera, dijo, se puede dejar de ver a las redes sociales como “el diablo” y comprenderlas no solo desde lo societal, sino también desde lo político, que es uno de sus efectos.