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TULA DE ALLENDE, Hgo., 2 de Febrero del 2015.- «La secundaria para trabajadores Quetzalcóatl no se cierra, no sé quién inventó eso, este colegio no se clausura, sólo cambia de modalidad al sistema de todas las secundarias, es decir de plan de estudios”, sostuvo ante padres de familia el director de la institución, Honorio Escamilla Malo.
Durante una asamblea general de tutores el pasado viernes, el funcionario dijo que “tan no se cierra” que ha efectuado visitas a las oficinas de la Secretaría de Educación Pública estatal (SEPH), a fin de presentar a sus superiores el nuevo esquema que se implementará muy probablemente a partir del próximo ciclo escolar.
Disposición que argumentó, “se tomó desde arriba, pero de alguna manera es justificable, la mayoría de alumnos de la matricula escolar están en edad óptima para cursar su instrucción secundaria, es decir son niños de entre 12 y 15 años».
Luego entonces, refirió, se ha perdido el concepto de escuela para trabajadores, que se suponía brindaba posibilidad de prepararse a jóvenes de 18 años o más, que efectivamente ya estaban insertados al mundo laboral.
La reunión donde el directivo terminó con las especulaciones generadas en los últimos días sobre el cierre de la escuela, se desarrolló envuelta en un ambiente tenso, donde salieron a relucir múltiples problemáticas habidas en el colegio, como venta y consumo de drogas entre el alumnado, desfalcos financieros y endeudamientos con dependencias municipales por servicio de agua potable.
Sobre el primera inconveniente -el más alarmante- se dijo que a principios de año, por lo menos tres alumnos fueron sorprendidos con marihuana en sus pertenencias, pero que el tema fue manejado internamente para no escandalizar en el colegio, lo cual causó molestia en los paterfamilias quienes reclamaron al director por haber tapado la problemática, pues de esta manera expuso a sus hijos a caer de igual manera en el mundo de la drogadicción al no haber implementado medidas coordinadas para prevenir y erradicar esta práctica.
Escamilla Malo señaló que sí se tomaron las medidas conducentes, incluso solicitando ayuda de las autoridades civiles, a través de seguridad pública, y que en su momento se efectuaron operativos mochila, sin embargo se dejaron de realizar porque algunos tutores se inconformaron.
Sobre el desfalco en agravio de la institución se reveló que la tesorera y el presidente del comité de padres de familia anterior, Cleofas Avendaño Guerrero y Samuel Bravo Jaime, respectivamente, no habrían entregado cuentas claras del dinero con el que contaba la secundaria, por lo cual se les condicionó la entrega de documentos de sus hijos, pero que fueron a quejarse a Servicios Regionales, viéndose obligadas las autoridades escolares a hacer la entrega, “no sin antes hacerles firmar un pagaré por más de 8 mil 500 pesos, cantidad que ya debió ser reintegrada a la escuela, pues el documento venció el 17 de julio de 2014; los padres de familia reclamaron que el dinero sea devuelto a la institución, pues servirá para liquidar una deuda por más de 11 mil pesos con la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado de Tula (Capyat).
Esta deuda ascendía a más de 14 mil pesos, porque no se había pagado el abastecimiento del vital líquido por lo menos durante 17 o 18 meses, (periodo de gestión del antiguo comité).
Presuntamente los malos manejos financieros que tuvieron la ex tesorera y el ex presidente del comité de padres de familia, se hicieron en complicidad con el director de la secundaria, pues este en ningún momento les puso un freno a pesar de que conocía perfectamente la situación.