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PACHUCA, Hgo., 26 de octubre de 2015.- Durante los últimos cinco años en Hidalgo ha incrementado el número de trabajadoras domésticas en un seis por ciento con respecto a lo que se registraba en 2010, de las cuales apenas el ocho por ciento reciben algún tipo de remuneración económica con seguridad social, de acuerdo con datos estadísticos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Hidalgo es el cuarto estado con mayor número de trabajadoras domésticas en el país, al alcanzar una tasa porcentual de 5.8 por ciento, superando la media nacional de 4.3 puntos porcentuales, según reveló el informe de la dependencia federal.
De acuerdo con el censo poblacional del Inegi en 2010, en México existían 45 millones 581 mil 310 personas que se dedicaban a las enseres domésticas, cifra que ha aumentado en la presente administración federal en un cuatro por ciento, por lo que hasta el corte del primer trimestre del año según la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (Enoe), 54 millones 104 mil personas que ejercen dicha actividad.
En Hidalgo dichas cifras se traducen en un total de 450 mil personas que se dedican a las actividades domésticas, quienes según la Enoe perciben una remuneración de dos salarios mínimos en un 80 por ciento, mientras que el resto de un salario mínimo y sólo el ocho por ciento obtiene un sueldo mayor.
El estudio federal informó que las mujeres superan tres a uno en estas actividades a los hombres, pues 360 mil mujeres son trabajadoras domésticas, mientras que el resto lo conforman los varones, quienes a su vez perciben una remuneración mayor a la que obtienen las féminas.
Al respecto, Arturo Benítez Olvera, investigador de Estudios de Población de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), explicó que el aumento de trabajadoras domésticas en los últimos años obedece a la falta de empleo que existe para las personas de escasos recursos y con un nivel educativo bajo, por lo que recurren a dichas actividades para sostener a sus familias.
El investigador sostuvo que la mayoría de las mujeres que laboran en casas ajenas para realizar actividades de limpieza son madres solteras, declaración que coincide con datos del Inegi que refiere que el 76 por ciento de las mujeres son madres solteras quienes tienen entre dos y tres hijos.
La falta de oportunidades de crecimiento laboral obliga a las mujeres que inician una vida familiar temprana a emprender actividades de dicha índole, por lo que ocasionalmente obtienen remuneraciones económicas mínimas.
El académico consideró que la falta de políticas públicas han provocado la falta de crecimiento económico en las poblaciones rurales con alta marginación como las que se ubican en las zonas Otomí-Tepehua, la Sierra y la Huasteca, donde se concentran los más altos niveles de analfabetismo y desempleo en el estado.
Asimismo, la zona del Valle de Mezquital es otra de las regiones donde ha crecido el número de trabajadoras domésticas en los últimos años, derivado de la falta de espacios laborales formales y la alta migración que prevalece en dichas zonas, según informó la Enoe.
El 49.2 por ciento de las mujeres que realizan actividades domésticas cuenta con la primaria como escolaridad máxima, seguida de la secundaria con el 38.7 por ciento, mientras que sólo el 18.6 por ciento cuenta con estudios de nivel medio superior y apenas el 3.4 por ciento tiene licenciatura, en tanto el restante corresponde a personas sin escolaridad.
Los hombres son quienes cuentan con un nivel de escolaridad mayor con respecto a las mujeres, pues la mayoría cuenta con al menos la secundaria como nivel educativo máximo, es decir, que son los varones quienes tuvieron la oportunidad de estudiar más que las mujeres.
Aunque a nivel nacional el 43.4 por ciento de los empleados domésticos están casados o mantienen alguna relación de pareja, en Hidalgo dicha cifra desciende a 41.2 por ciento, debido a la migración que impera en regiones de alta marginación.
Por su parte, la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) estatal informó que las personas que son trabajadores domésticos perciben un sueldo mensual de seis mil pesos mensuales, lo que equivale a dos salarios mínimos, sin embargo, para la obtención de dichos ingresos trabajan más de diez horas diarias incluso fines de semana, sin ningún tipo de protección laboral.
Sólo el 8 por ciento trabajan en alguna vivienda donde tienen asegurado los servicios médicos, aunque para ello deben ser personas de confianza con más de 15 años de antigüedad laborando con alguna persona.
Susana Martínez, trabajadora doméstica de 50 años de edad, con más de 15 años de experiencia en dichas labores, reconoció que los sueldos son cada vez más bajos, pues los empleadores prefieren pagar menos por una mayor acción efectuada.
“Nos pagan muy poco, a veces nos dicen que nos van a dar tal cantidad, pero a la mera hora, sólo nos dan muy poco, y también tenemos que enfrentar la falta de confianza, porque muchas veces no nos quieren contratar porque piensan que les vamos a robar y no es así” dijo la trabajadora doméstica, quien ha mantenido a sus dos hijos de 17 y 14 años de edad sin el apoyo de alguna pareja.
“Nosotras tenemos familias que mantener y nos quieren dar cien pesos por día, pero tenemos que trabajar más de ocho horas y hacemos el quehacer, la comida y limpiamos todo y para que no nos den nada, en cualquier momento nos pueden correr” reconoció la trabajadora doméstica, quien señaló que debido a su situación laboral no ha tenido ningún tipo de apoyo del Seguro Social y por ello acude cuando se enferma a farmacias similares.
Como el caso de Susana Martínez, en Hidalgo miles de mujeres padecen la misma situación, ante un panorama económico que se prevé cada vez más complicado para quienes efectúan las labores que en México son menospreciadas y que son básicas en cada familia.
Recientemente diferentes agrupaciones de trabajadoras domésticas crearon el Sindicato Único de los Trabajadores Domésticos de México, en el cual se incluyen a estados como el Estado de México, Distrito Federal, Colima, Querétaro, Puebla y Tlaxcala, sin embargo, Hidalgo no ha adscrito ante la falta de organización al respecto.