José García/Quadratín Hidalgo
PACHUCA, Hgo., 13 de agosto de 2015.- El tráfico de diferentes variedades de aves y la tala clandestina de maderas finas registran en promedio ganancias de alrededor de 20 millones de pesos cada año en el estado en el mercado negro, así lo dio a conocer Alejandro Romero Valles, biólogo especialista en la fauna y flora de la asociación Green Peace México.
El especialista de vida
silvestre explicó que Hidalgo es uno de los destinos más atractivos para los traficantes de especies animales, pues hay poca vigilancia en las áreas naturales protegidas por la Federación, por lo que las bandas delictivas que se dedican a la venta de especies operan con total impunidad.
De acuerdo con el representante de Green Peace, las principales especies de aves que se venden en el mercado del estado son los pericos verdes, gorriones, dominicos, jilgueros, calandrinas, cardenales, tucanes y cenzontles, oriundos de los municipios del Valle de Mezquital, la Huasteca, La sierra y la Otomí Tepehua , los cuales han reducido sus poblaciones en los últimos diez años en un diez por ciento.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales federal (Semarnat) reveló a través del informe de poblaciones de fauna silvestre de México que durante la última década, en Hidalgo el tráfico ilegal y los cambios de uso de suelo provocaron la disminución del 10 por ciento de las poblaciones de aves canoras y mamíferos pequeños que habitan
en la región norte del estado.
Semarnat informó que Huejutla, Tlanchinol, Huehuetla, Tlahuelilpan y Tepehuacán de Guerrero son los municipios que mayor sustracción de especies de aves se registraron de 2004 a 2014 con un total de mil 180 ejemplares, por lo que en promedio se afectó el desarrollo de cerca de 40 variedades animales que anidan en la región.
La dependencia federal reveló que además de la caza ilegal de fauna silvestre, en dichas zonas se perdieron mil 600 hectáreas de áreas arboladas a consecuencia de la tala clandestina, principalmente de abetos, pinos y coníferas, especies que abundan en la región.
La tala clandestina que en promedio reporta cerca de diez hectáreas perdidas cada año en la entidad, registró
un ligero descenso de ejemplares cercenados con respecto al anuario forestal de la Semarnat, que refirió que de 1970 a 2000 se registraron cerca de diez mil hectáreas pérdidas a consecuencia de la poda desmedida de árboles.
Mario Viornery Mendoza, delegado de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) en la entidad, reconoció que el tráfico especies silvestres está presente en el estado, pues tan sólo
en lo que va su gestión, se han asegurado 129 ejemplares de fauna silvestre en los últimos tres años, los cuales en su mayoría fueron localizados en tianguis y domicilios particulares luego de las denuncias ciudadanas.
El funcionario federal aseguró que durante los casi tres años en los que ha estado al frente de la delegación se han intensificado las acciones de detección y sanciones en contra de los taladores y cazadores ilegales.
Viornery Mendoza admitió que hay insuficientes inspectores ambientales en las zonas arboladas del estado, por lo que apenas existen nueve inspectores de la dependencia encargados de la revisión de establecimientos comerciales
y vigilancia de zonas forestales de la entidad, contrario al estatuto de la Ley Ambiental de la Semarnat que señala que debe existir un inspector por cada diez hectáreas arboladas.
El ex alcalde de Pachuca aseguró que la presente administración federal ha redoblado esfuerzos para combatir la tala clandestina, pues durante el último año se han decomisado 120 troncos de maderas que serían utilizados para el mercado negro.
Federico Vera Copca, delegado de la Semarnat federal en la entidad, aceptó que la tala clandestina es un problema recurrente en el estado, principalmente en los municipios de la Huasteca, la Sierra y la Otomí Tepehua, donde se reportan más del 80 por ciento de las áreas verdes perdidas cada año.
El representante de Medio Ambiente de la Federación señaló que trabajan coordinadamente con el gobierno estatal para detectar y sancionar a los cazadores ilegales, sin embargo, aceptó que en zonas como Tlanchinol es una práctica frecuente entre los pobladores, quienes en su mayoría talan las áreas para su uso como leña y elaboración de diversas artesanías.
Aunque las autoridades federales han asegurado que la caza ilegal y la tala clandestina van a la baja, los activistas ambientalistas han referido que las poblaciones aviarias han disminuido en los últimos años a consecuencia de la destrucción de sus entornos y la captura de ejemplares.
Jonathan Job, presidente de la Asociación Biofutura Hidalgo, aseguró que la Profepa ha sido rebasada por los delincuentes dedicados a sustraer especies silvestres de sus zonas de desarrollo, por lo que afirmó que hay poco personal capacitado para atender un problema que podría ser contraproducente para los seres humanos a mediano plazo.
De acuerdo con el referente anual de la Semarnat, el 70 por ciento de las variedades de aves que son sustraídas, mueren antes de llegar su destino comercial
, pues son transportadas en condiciones insalubres que provocan su muerte.
Las diferentes variedades de aves son capturadas en los bosques con trampas que simulan el sonido de apareamiento o atracción que emiten los animales, por lo que al arribar figuran a un animal y en ese momento son encerradas en jaulas especiales.
Hidalgo es el octavo lugar a nivel nacional en cuanto a variedad de especies animales, de acuerdo con el catálogo de Biodiversidad natural del gobierno federal.