Deja 9 muertos masacre en Apaseo el Grande, Guanajuato
PACHUCA, Hgo., 3 de julio del 2017.- “Se me hace muy difícil entender el valor con el que alguien decide ser periodista en México, y trabajar todos los días sabiendo que su vida está en riesgo”, dice sorprendido el comunicador español, Javier Moreno Barber, ex director del diario El País, y actual sub director de Grupo Prisa (Promotora de Informaciones S.A.), consorcio dedicado a la edición de medios de comunicación, y con presencia en 22 países de Europa y América.
En días pasados Moreno Barber ofreció una entrevista exclusiva a Quadratín Hidalgo, en el salón de Convenciones en Morelia Michoacán, tras dictar la conferencia ¿Es el final de la democracia?, y donde hizo alusión a una frase para reafirmar que “no esperen que los periodistas salvemos al mundo”.
“Hemos perdido esa credibilidad, ya no somos capaces de organizar ni articular el discurso como hasta ahora”, señala el experimentado periodista.
Se solidariza, pero también lamenta la grave situación de violencia que enfrentan los periodistas en México, donde de acuerdo a cifras de la prensa mexicana, van 36 comunicadores asesinados durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, de estos, siete en lo tan sólo en el 2017.
“Yo los veo como héroes, porque cuando uno se juega la vida simplemente para contar lo que está pasando merece todo el respeto moral y profesional, sería una injusticia juzgar eso, el periodismo mexicano está demostrando una capacidad de resiliencia y una altura moral digna de admirar”.
El baño de sangre que ha enlutado al gremio periodístico, ha sido un fracaso del Estado Mexicano, -sentencia Moreno- por no garantizar la vida de sus ciudadanos, de sus periodistas, “hay una tasa de asesinatos demasiado elevada y hablar de responsabilidad y fracaso ya es suficientemente grave, es una tarea que ningún gobierno puede tomarse a la ligera”.
-¿Está condenado a extinguirse el buen periodismo ante la amenaza de perder la vida?
“No está condenado a perderse el buen periodismo, pero es un riesgo añadido. En México hay que añadir el riesgo evidente de perder la vida, se me hace muy difícil entender el valor con el que alguien decide ser periodista en México, y trabajar todos los días sabiendo que su vida está en riesgo, realmente me parece extraordinario”.