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TLAHUELILPAN Hgo., 30 de enero de 2019.- A 13 días de la explosión de un ducto de Pemex en la comunidad de San Primitivo, en el municipio de Tlahuelilpan, que a la fecha ha cobrado la vida de 117 personas como saldo oficial, fieles católicos encabezados por el obispo de la Diócesis de Tula, Juan Pedro Juárez Meléndez y el arzobispo de Tulancingo, Domingo Díaz Martínez celebrarán una misa en la denominada zona cero para pedir por el descanso eterno de las víctimas del estallido.
En la eucaristía participan unos mil 500 fieles católicos así como autoridades eclesiásticas de las Diócesis de Tula, Tulancingo y Huejutla, quienes en su conjunto piden por el descanso eterno de las víctimas fatales de la explosión del ducto Tuxpan – Tula ubicado a la altura del kilómetro 226.
En el sermón se dijo que desde que la Iglesia católica se enteró del suceso, comenzó a pedir por las almas de los fallecidos así como la pronta resignación de sus familiares, quienes fueron arrancados de manera abrupta del mundo terrenal.
Domingo Díaz hizo un llamado al pueblo de México, pero sobre todo a la población de la región Tula – Tepeji para que cesen en las malas prácticas del huachicoleo y mencionó que la población tiene muchas herramientas para salir de la pobreza con trabajo lícito y dijo que lo único que hace falta es la buena voluntad.
Asimismo se pidió por las 30 personas que aún se debaten entre la vida y la muerte en hospitales de la Ciudad y Estado de México así como en Hidalgo y en Galvestón, Texas, además de los desaparecidos, de los cuales se mencionaron algunos nombres.
El obispo de Tula mencionó que la noticia de la tragedia se corrió de inmediato por todo el mundo y que llegó a oídos del «Santo Padre» el papa Francisco, quien el pasado domingo desde Panamá rogó por los difuntos y heridos por la explosión de San Primitivo así como por el bienestar de sus familias.
Con lágrimas en los ojos
Sentado en primera fila, con una cruz sostenida fuertemente entre las manos, en donde se aprecia la imagen de una de las víctimas de la explosión, un adulto mayor es invadido por el llanto por la pérdida de su hijo de apenas 27 años, Edgar Raúl García Hernández.
El hombre de la tercera edad en todo momento se la pasó inundado en llanto, en la reflexión e invadido por el dolor.
Cabisbajo, con los lentes empañados, cansado y vestido con una chamarra negra en señal de luto dijo que sólo ruega a Dios que perdone todos los pecados de su hijo y que lo reciba en su santa gloria.