Así no, presidenta
PACHUCA, Hgo., 26 de octubre del 2017.- En la recta final de su sexenio, Manuel Ángel Nuñez Soto entonces mandatario (1999-2005) fue alertado de que Gerardo Sosa Castelán (uno de los 12 aspirantes priistas a la gubernatura) mantenía pláticas muy avanzadas para ser candidato en el Partido Acción Nacional, bajo el cobijo del Secretario de Gobernación, Santiago Creel Miranda, por lo que a manos del dirigente nacional panista en turno Luis Felipe Bravo Mena llegó el expediente negro del líder del Grupo Universidad, acompañado de un ejemplar del libro La Sosa Nostra- Porrismo y gobierno coludidos en Hidalgo de autoría de Alfredo Rivera.
La decisión final vino días después; «cualquiera, menos él», dijo Bravo Mena descartando a Sosa como candidato del PAN, por lo que al jefe del clan universitario no le quedó más remedio que alinearse y para evitar una traición lo nombraron dirigente estatal del PRI para cerrar filas en torno al entonces candidato, Miguel Ángel Osorio Chong.
Sabedor de que en el PRI estaban agotadas sus posibilidades de ser gobernador, el ex rector de la UAEH comenzó a trabajar en la creación de su propio partido político, pero sin salirse del tricolor. Buscó sin éxito registrar ante el Instituto Estatal Electoral de Hidalgo (IEEH) al Proyecto de la Sociedad Hidalguense (PSH) y al no lograrlo, éste movimiento encabezado por Alejandro Olvera Mota reventó una asamblea celebrada en el salón Macros entre simpatizantes del naciente Partido Social Democráta, franquicia que en automático pasó a poder del Grupo Universidad, pero por un lapso muy corto, ya que en 2009 perdieron el registro.
Desde entonces, Sosa se ha dedicado a provocar y a traicionar al PRI, incluso ha retado públicamente para que lo expulsen.
Al fracasar con el Social Demócrata, la estructura Sosista se mudó al PAN y luego de ser expulsados ahora se apropiaron de Movimiento Ciudadano, vía su hermano Damián Sosa Castelán y Alejandro Olvera, aquel que reventó la asamblea social-demócrata.
Pero por increíble que parezca, el PRI no sólo ha permanecido mudo y expectante todos estos años ante las traiciones de Sosa, sino que lo han premiado con diputaciones y cargos dentro del gobierno para él y su clan, sólo basta ver que los últimos seis rectores de la UAEH (incluído Sosa) han sido diputados federales, locales, candidatos y hasta secretarios de estado.
Juan Alberto Flores Alvarez ex director jurídico, ex coordinador de asesores del Congreso local y ex secretario particular del gobernador Núñez Soto.
Juan Manuel Menes Llaguno quien de ser un burócrata olvidado en una oficina del Poder legislativo, lo convirtieron en secretario de la Contraloría en el gobierno anterior y luego ajustaron la ley para hacerlo presidente del Tribunal Superior de Justicia y hasta notaría se llevó.
Otro caso es Juan Manuel Camacho Beltrán quien fue diputado en la LXI legislatura local y posteriormente el fallecido Luis Gil Borja (+), que junto con Ramón Vicente Diez buscaron sin éxito ser legisladores locales; también Humberto Veras Godoy quien al dejar la rectoría fue nombrado en marzo de 2017 director de Participación Ciudadana de la Secretaría de Gobernación, eso sin contar que Sosa ya fue diputado federal en dos ocasiones.
Lo mismo que el ex secretario General del Sindicato de Personal Académico de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (SPAUAEH), Ramiro Mendoza Cano, incondicional del líder del Grupo Universidad, lo que le valió para ocupar un escaño en el Congreso local.
Los antecedentes hablan, Sosa en cada elección opera en contra de su partido pero es premiado inexplicablemente, por ello ahora la intentona del Congreso local de crear un órgano interno para auditar a las insticiones públicas entre ellas al feudo de Sosa parece más una llamada a llevar la fiesta en paz, que una real y efectiva estrategia para arrebatarle definitivamente el control de la máxima casa de estudios al presidente del patronato universitario.
DE MI LIBRETA
Mal y de malas andan las cosas en el Instituto Estatal del Deporte que dirige Fátima Baños, porque las carreras atléticas convocadas por la hija del secretario de Turismo, Eduardo Baños, han sido un fracaso por su poca convocatoria, y debido a ello trabajadores de esta dependencia han sido obligados a correr como sucedió el pasado fin de semana en Mixquiahuala.
Sin embargo, la desorganización y falta de logística también han quedado de manifiesto durante estos eventos, por eso hace dos semanas un numeroso grupo de participantes tomaron mal un camino y se perdieron entre los bosques de Mineral del Chico, por lo que fue necesario llamar a cuerpos de emergencia y a los guardabosques para localizar a los extraviados.
Twitter:@AlexGalvezQ