(W) Ecos Sindicales: Operación Panal
PACHUCA, Hgo., 19 de febrero de 2018.- Atraído por los efectos que el LopezObradorismo podría tener en las elecciones de julio próximo, el presidente del patronato de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), Gerardo Sosa Castelán quiso persuadir a militantes de Morena para que lo propusieran como candidato al Senado, planteamiento que intentó hacerle personalmente a Andrés Manuel López Obrador el pasado sábado, cuando se reunió a puerta cerrada con sus seguidores en las instalaciones del Ceuni, pero no lo recibieron.
Presunto mánager de Movimiento Ciudadano que en Hidalgo atiende su hermano Damián Sosa, el líder del Grupo Universidad pidió la candidatura al Senado a Morena, y le dijeron que no, porque la encabezarán Angélica García Arrieta y el ex diputado Julio Menchaca Salazar, cuya formula fue ratificada éste fin de semana.
Pero no le cerraron las puertas del todo y en una negociación que enfureció a la militancia morenista de Hidalgo, le cedieron una posición en la lista de diputados federales plurinominales para una de sus incondicionales, Lidia García, actual secretaría general del Sindicato de Personal Académico de la UAEH (SPAUAEH).
El obsequio no fue gratis, Sosa comprometió electoralmente la maquinaria universitaria a favor de López Obrador, a pesar de que hizo lo mismo con el PAN, donde otro de sus trabajadores, el catedrático Antonio Mota se registró como candidato a diputado federal por el distrito de Pachuca, pero también con Movimiento Ciudadano donde su hermano podría ser candidato a Senador en la segunda fórmula.
Además de estos tres partidos, Sosa mantiene un compromiso con el PRI donde aún milita, por lo que esa promiscuidad política del también ex diputado federal le impedirá cumplirle a todos sus aliados, pero también deja en evidencia la cobardía del tricolor, donde sobran pruebas pero falta valor para iniciarle un juicio de expulsión por su probada deslealtad.
En tres ocasiones intentó ser candidato del PRI al gobierno de Hidalgo, pero fracasó y se replegó en su feudo, la UAEH, desde donde sigue pataleando, retando y escupiéndole a la cara al tricolor, con sus reiteradas alianzas por debajo de la mesa con otros partidos.
Hace años que la estructura universitaria ya no está del lado del priismo y hoy mantienen una abierta confrontación con el gobierno estatal a quien acusan de violentar la autonomía de la máxima casa de estudios. Pero la comunidad estudiantil y laboral de la UAEH sigue siendo utilizada para fines político-electoreros; aquí hemos documentado varios casos y el propio Antonio Mota, el ex rector Juan Manuel Camacho Beltrán y los líderes sindicales Ramiro Mendoza Cano y Lidia García son los más claros ejemplos de ese perverso juego.
Sosa Castelán posee una habilidad y astucia política como pocos, por algo sigue vigente. Pero su fama de traidor y manipulador lo antecede y difícilmente podrá cumplir su palabra a los partidos con los que mantiene arreglos. No es un hombre de fiar, eso lo saben sus aliados, pero prefieren correr el riesgo a cambio de los votos prometidos por el jefe del Clan Universitario en un escenario cada vez más polarizado.
De mi libreta
Muchos priistas se aburrieron ayer con la perorata de su candidato presidencial, José Antonio Meade y abandonaron el Foro Sol a medio discurso. Y cómo no, si don Pepe se aventó otra puntada, con eso de que propuso que creará el Registro Nacional de Necesidades de cada Persona, lo que sonó más a mera ocurrencia que a propuesta de campaña.
Twitter @AlexGalvezQ