
¿Ya la perdimos?
PACHUCA, Hgo., 5 de junio de 2025.-Llantas, ramas, unicel, piedras, botellas, muebles y todo tipo de desechos taponearon el dren pluvial en los límites de Pachuca y Mineral de la Reforma, provocando caóticas inundaciones en diversos puntos de la capital hidalguense, dejando al menos 500 casas afectadas y decenas de familias evacuadas.
“La gente sigue sin entender que no debe tirar basura”, soltó a manera de reclamo un funcionario del ayuntamiento capitalino, molesto por el pésimo y desagradable hábito ciudadano de tirar sus desechos en las calles.
Aunque tenía parte de razón en su malestar, el servidor público también quedó evidenciado por desconocer sus propias normativas, basta echarle una revisada a los Atlas de Riesgos Naturales de Pachuca y Mineral de la Reforma, para percatarse que las autoridades municipales han sido omisas y negligentes por no atender las recomendaciones previo a las lluvias, (no después, como lo están haciendo ahora), en las zonas identificadas como inundables en ambos municipios.
Por ejemplo, en el Atlas de Riesgos Naturales de Pachuca está establecido como necesidad contar con un programa continúo de limpieza y desazolve de cauces de ríos y arroyos para retirar toda la basura y malezas que bloquean el paso del agua por los distintos puentes peatonales y vehiculares de la ciudad, así como el desazolve del sistema de alcantarillado previo a la temporada de lluvias y gestionar ante el áreas de limpia pública un especial énfasis en aquellas colonias que se inundan.
Mientras que el Atlas de Riesgos Naturales de Mineral de la Reforma destaca el caso de la localidad de San Pablo donde en 2019 una intensa lluvia que alcanzó los 30 centímetros de altura provocó que varias familias quedaran atrapadas en sus hogares, y otras colonias como Campestre Villas del Álamo, la 11 de Julio y La Noria son susceptibles a encharcamientos de consideración, lo mismo que Paseos de Chavarría, debido a la “falta de conciencia pública” aunada al azolve de los drenes pluviales.
El documento identifica a fraccionamientos Los Tuzos, Cipreses, Magisterio, Privadas del Sur, entre otros, como los que presentan mayores afectaciones durante la época de lluvias.
“Mineral de la Reforma presenta riesgo de nivel muy alto en 60 localidades, mientras que otras 51 localidades con riesgo de inundación alto, lo que representa una extensión del 80 por ciento del municipio con un nivel alto de susceptibilidad”, añade el documento.
Evidentemente, ni Pachuca ni Mineral de la Reforma se tomaron el tiempo de revisar las recomendaciones de sus Atlas de Riesgos y ahora buscan aplicar como remedio el clásico refrán de “ahogado el niño a tapar el pozo”.
Y es que los cálculos y líneas de acción a seguir para evitar que las inundaciones sigan provocando estragos ya están establecidas, solo falta que alguien los lea y ponga en práctica, aunque no faltará quien atribuya estas omisiones a la llamada austeridad republicana y a la escasez de recursos para implementar las acciones de limpieza y desazolve.
De acuerdo a especialistas consultados por este espacio, el desastre provocado por las inundaciones en Pachuca y su zona metropolitana es una responsabilidad compartida, pues si bien tiene que ver la basura que ciudadanos irresponsables tiran en las calles, también abona la negligencia y omisión de las autoridades que siguen sin atender las recomendaciones que ellos mismos establecen en sus Atlas de Riesgos.
A esto se suman otros temas, como el caso del río de las avenidas que está superado en capacidad, por lo que la cuenca de Pachuca no solo esté excedida, sino que las autoridades no la mantienen limpia, provocando “taponamientos” de los drenajes durante las épocas de lluvias y derivando en un caos pluvial.
Otro factor que juega en contra es el crecimiento de las manchas poblacionales, lo que hace que disminuya la absorción del agua de lluvia en el suelo, pues con la proliferación de fraccionamientos y edificios, donde antes había tierra ahora hay concreto, originando que el excedente de agua sea mayor aumentando considerablemente el riesgo de una inundación.
La negligencia institucional también se traduce en las obras mal planeadas, como el caso de la recién estrenada carretera Pachuca-Ciudad Sahagún, que a la primera lluvia se inundó y en el último aguacero quedó colapsada, pues el secretario de Infraestructura Pública y Desarrollo Urbano Sostenible de Hidalgo, Alejandro Sánchez confesó fallas en la obra, porque se les olvidó meter un sistema de drenaje adecuado y a días de inaugurada tendrían que romper nuevamente el concreto.
X:@AlexGalvezQ