Despojan de 500 mil pesos a cuentahabiente en Apan
PACHUCA Hgo., 3 de marzo del 2017.- “¿Qué, porque los trabajadores están jodidos, yo también debo estarlo?”, vociferó en alguna ocasión el fallecido líder de la CTM, Joaquín Gamboa Pascoe, cuando un periodista le cuestionó su falta de sensibilidad por transportarse en autos de lujo (los Mercedes Benz eran sus favoritos) siendo líder obrero.
“A mí nunca me verán con huaraches”, remató con el cinismo que le caracterizaba éste sombrío personaje, perdedor por naturaleza (fue postulado a diputado federal y senador en dos elecciones y fracasó), aunque la suerte lo premió y ocupó ambas posiciones; de más está decir que éste líder de los trabajadores jamás supo en su larga vida lo que era trabajar.
La miseria y el cinismo de Pascoe, es equiparable al descaro mostrado el día de ayer por el dirigente nacional de Antorcha Campesina, Aquiles Córdova Morán, dirigente campesino que viste de traje beige claro impecable, gafas negras y se mueve en una camioneta Land Rover. Se hace acompañar de un grupo de escoltas, tan fanfarrones como su jefe, conducen camionetas Porsche y Jeep Limited, que en el mercado se cotizan en dólares y hasta en euros.
Sí, así como lo lee, la explotación de la miseria y el acarreo de indígenas a mítines, para que estos gansteriles líderes presionen al gobierno deja millones de pesos de ganancia, aunque ellos se cotizan ya en dólares, por eso pueden comprar camionetas que ni los funcionarios estatales traen.
Pero ¿quién audita a estos seudo líderes y a sus organizaciones?, porque al final de cuentas los millones que manejan provienen del erario, y es dinero podría decirse a fondo perdido.
Los dirigentes antorchistas presumieron que ayer movilizaron a cerca de 20 mil almas a la Plaza Juárez de Pachuca; sería bueno que explicaran como es que una agrupación que representa miles de pobres en gran parte del país, puede disponer de tantos millones de pesos para montar escenario, mover cerca de 500 camiones y acarrear campesinos a un evento que sólo es comparable con la toma de protesta de un gobernador, donde se derrochan millones de pesos.
Es cierto, imposible es ver a un líder (de lo que usted quiera) en transporte público o en un auto modesto (a menos que anden en campaña), pero tampoco necesitamos más vividores y oportunistas que sangran al erario, y le sacan jugo a la miseria de los más fregados.