Preparatoria más antigua de Tula celebró 65 aniversario
CIUDAD DE MÉXICO, 17 de junio de 2017.- Una temporada en que las vacaciones escolares y el buen clima de verano hacían rentable los estrenos de superproudcciones. El verano cinematográfico nació y con él la tradición de ver películas llenas de efectos especiales, actores de renombre y, en general, aquellos productos que el cine más escapista podría producir. Actualmente, la forma en que consumimos películas ha modificado esa temporada, los estudios comienzan con los estudios en febrero y acaban en diciembre.
Las fechas se han difuminado en el calendario pero, todavía, hay muchos cinéfilos que marcan en su calendario estos meses con la esperanza de satisfacer sus ansias de palomitas.
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