PACHUCA, Hgo., 25 de septiembre de 2015.- El breve encuentro de Sophie Cruz con el Papa Francisco durante su paseo por Washington esta semana parecía la clase de escena espontánea que resulta tan enternecedora en torno a este Papa: una niña pequeña, tímida al principio, se cuelga de su brazo para recibir un beso y una bendición.
Pero para Sophie, de 5 años, el momento se desencadenó tan perfectamente como estaba preparado por los miembros de una coalición de Los Ángeles que defiende los derechos de los migrantes. El grupo llevaba casi un año preparando que la pequeña, de un suburbio de Los Ángeles, saliera corriendo hacia el papamóvil para entregar un mensaje sobre la situación de los padres migrantes que viven en Estados Unidos sin residencia legal.
Hace un año consiguieron un éxito similar de relaciones públicas en Roma, en ese caso enviando a una niña de 10 años hacia el Papa.
«Planeábamos hacer esto desde el momento en que supimos que venía a Estados Unidos», dijo a Associated Press Juan Jose Gutierrez, de la Coalición por Plenos Derechos para los Inmigrantes. «Trabajamos durante un tiempo para intentar sensibilizar al público americano de que gestionar la inmigración no es sólo gestionar a las personas que llegaron sin documentos adecuados, sino que también tenemos… incontables niños cuyos padres no tienen documentos».
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