Madrugada accidentada en carretera de Tepeji del Río
PACHUCA, Hgo., 9 de marzo de 2022.- Contrario a la gran convocatoria que tuvo la marcha del 8M, el día de ayer, la convocatoria para el 9M “Un día sin nosotras”, parece haber quedado en el olvido, sobre todo al haberse convertido más en una bandera institucional para instancias gubernamentales y en un discurso político que en una protesta abierta de mujeres en paro.
El paro nacional, cuyo impacto se calcula como millonario, afecta principalmente la atención en dependencias gubernamentales y en la asistencia a clases por parte de comunidad estudiantil, pero es mínima su penetración en la iniciativa privada, ya que cualquier mujer que participe en el 9M podría perder un día de salario por faltas injustificadas.
Bajo la consigna de “el nueve ninguna se mueve”, esta iniciativa tuvo su origen en redes sociales en el año 2020, en busca de evidenciar la importancia del trabajo femenino y su aportación a la sociedad, pero se encontró con la barrera de “pedir permiso” para no tener consecuencias en escuelas y trabajos
La convocatoria busca que ninguna mujer lleve a cabo ningún tipo de labor, ya sea en el hogar, en la escuela o como parte de su trabajo y medio de subsistencia, así como que evite el uso de redes sociales con el objeto de que sea notorio el impacto económico y social de la participación femenina.
En el caso de la función pública, se suele anunciar el “permiso” a las mujeres para participar en el paro y no asistir en 9 de marzo a sus trabajos, caso que no se repitió este año.
Poco impacto hay también en la iniciativa privada y en los hogares atendidos totalmente por mujeres, y mucho menos aplicó para las mujeres que trabajan en el sector informal, debido a que viven al día y su rutina diaria depende única y exclusivamente de su labor cotidiana.
Aunque en las escuelas llegó a haber participación, no muchos profesores pasan por alto la inasistencia por parte de mujeres a las clases, por lo que muchas estudiantes prefirieron no participar en el paro nacional, aunque en algunas escuelas y universidades las estudiantes se organizaron para “avisar” sobre su ausencia y evitar tener consecuencias.