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TULA DE ALLENDE, Hgo., 26 de julio de 2022.- Al ofrecer una conferencia de prensa, el presidente del Consejo de Administración reconocido por el grupo que tiene en control la cementera de la empresa La Cruz Azul, asentada en Jasso, Federico Sarabia Pozo, prevé que en futuros días e incluso la madrugada de este miércoles puede haber otro intento de tomar de forma violenta dicha planta por parte de la disidencia.
Señaló que tienen la seguridad de que eso va a ocurrir, porque el otro grupo, tiene los recursos para armar otra intervención por la fuerza en la planta de Tula, insignia de la empresa.
En el encuentro con medios, el actual mandamás de la firma, emitió su versión de los acontecimientos de esta madrugada, en que Policías estatales, detectaron, interceptaron y regresaron a un grupo de choque que viajaba a bordo de once autobuses y 30 unidades tipo taxi y camionetas particulares con dirección hacia Ciudad Cooperativa Cruz Azul para atacar la fábrica y tomarla por la fuerza.
En ese sentido celebró la actuación de las autoridades, dado que, sin su ayuda, el encuentro entre agresores y trabajadores acompañados por sus familias para defender la planta hubiera sido una masacre, ya que aseguró, portaban armas de alto calibre.
Dijo que el grupo encabezado por José Antonio Marín Gutiérrez y Víctor Manuel Velázquez Rangel, presidente del Consejo de Administración y de Vigilancia, contrataron a un grupo de élite con el objetivo de asaltar y no fallar en la toma de la factoría ubicada en el municipio de Tula.
Aseveró que, sobre el ataque, similar al ocurrido el 27 de abril, cuyo saldo fue de ocho personas fallecidas y pérdidas económicas estimadas en más de 500 millones de pesos, fueron advertidos desde hace dos semanas, por simpatizantes que tienen infiltrados en el otro grupo, quienes les aseguraron que la disidencia intentaría hacerse del poder en forma violenta.
Sarabia Pozo, indicó que la disidencia pretende tomar el control a la brava puesto que no tienen otra manera de hacerlo, dado que la ley los asiste a ellos: “tenemos incontables amparos que nos dan la posesión legal de la planta de manera indefinida, es decir, mientras no haya un fallo definitivo a favor de alguna de las partes, no nos pueden sacar”.
Por último dijo que el núcleo cooperativo sigue viviendo con gran temor, que se ha vuelto generalizado y se ha convertido en psicosis, dado que la disidencia es capaz de todo.