Ráfagas: Tatiana Ángeles, cuentas pendientes
PACHUCA, Hgo., 8 de enero de 2018.- Con un proceso electoral federal iniciado desde septiembre del año pasado, y el local desde hace un par de semanas, los y las hidalguenses debemos prepararnos de la mejor manera para emitir nuestro voto el próximo 1 de julio, para elegir Presidente de la República, integrantes del Congreso de la Unión (senado y diputaciones), así como renovar la legislatura de esta entidad.
Respecto al proceso federal, han iniciado el periodo de precampaña, con precandidatos en auténtica campaña. El disfraz de las campañas es la leyenda “mensaje dirigido a militantes o a la convención de delegados”, pero en el contenido de los spots no se escucha ni se lee que los precandidatos se dirijan a ganar un proceso interno, simplemente porque no existe. Al interior de los partidos políticos, tanto dirigentes como aspirantes han decidido avalar la decisión de los presidentes; sí, de la República, por un lado, y de los partidos políticos por el otro.
Las bases, como se les suele llamar a la militancia partidista, en esta ocasión han quedado fuera de la decisión, lo cual puede generar una merma en la participación de la ciudadanía en la política mexicana, sin que ello reste poder al sufragio de la jornada electoral; no obstante, como ejercicio del derecho de afiliación, la militancia siempre tendrá algo que decir, pues son esos hombres y mujeres quienes suelen defender los ideales de los institutos políticos.
En consecuencia, reflexionemos acerca de la participación de la militancia en los procesos internos de selección de candidaturas en el sentido de su valoración e influencia en las decisiones importantes: ¿Los partidos políticos cumplen con el cometido de propiciar la participación ciudadana al interior?
Por otro lado, merece reflexión la decisión mayoritaria del Consejo General del INE respecto a la coalición conformada por los partidos Revolucionario Institucional, Verde y Nueva Alianza. La autoridad electoral otorgó registro a dicha alianza para postular al mismo candidato a la Presidencia de la República, 34 fórmulas al senado y 133 para la Cámara de Diputados.
Sin embargo, el INE no aceptó el nombre propuesto por los 3 partidos coaligados por el riesgo inminente de vulnerar 2 principios constitucionales: equidad y certeza. Esto es, en la promoción de la coalición, no solo se estaría haciendo campaña a favor del candidato presidencial, sino también en las campañas al senado y diputados, incluso en la etapa de intercampañas.
Aunado a eso, se estaría confundiendo al electorado al estar presente el apellido del candidato presidencial en el proselitismo, campañas y boletas relativas a la renovación del Poder Legislativo de la Unión. Además, se discutió en la “herradura de la democracia”, que se generarían dificultades en la fiscalización de las campañas de la coalición, pues como se dijo, el beneficio para el candidato a la Presidencia sería permanente en todas las fiscalizaciones de las 34 fórmulas al senado y 133 de diputados.
La reflexión debe tener como base la obligación de los órganos electorales de evitar fraudes a la ley, posibles violaciones a los principios constitucionales en todo proceso comicial. Algunos argumentaron que se debió registrar el nombre y que los partidos asumieran las consecuencias de las irregularidades, lo cual va en contra de los postulados democráticos, por lo menos en México, donde precisamente la mayoría de veces se permite a los partidos hacer y deshacer.
En un país ajeno a la prevención, ¿el INE evitó actos que definitivamente serían denunciados y resueltos por el Tribunal Electoral? En tanto, eventualmente un candidato podría ser beneficiado.
Hasta la próxima reflexión.
Twitter: @oscarpasquel