Tras operativo de SSPH y Copriseh, clausuran carnicería en Tula
PACHUCA, Hgo., 12 de febrero de 2020.- Mientras el servicio de recolección de basura continúa suspendido debido al cierre del relleno sanitario en el Huixmí y a la falta de acuerdos entre ejidatarios y autoridades municipales, las calles de Pachuca continúan atestadas de basura y la Presidencia Municipal evade proporcionar información respecto a una solución señalando que “cualquier información se dará en medios oficiales y boletines”.
En tanto, expertos en tratamiento y disposición de residuos sólidos sostienen que si bien quemar la basura en plantas valorizadoras no es la mejor solución, sí resulta viable para Hidalgo, que ya cuenta con la infraestructura en Tizayuca y con empresas cementeras que pueden aprovechar el valor calorífico de los desechos.
Por su parte, la organización internacional Greenpeace se manifiesta en contra de la incineración de los residuos sólidos como respuesta a la ineficiente gestión de los residuos, pues, afirman, “es un daño a la salud y el medio ambiente”.
Organizaciones de la sociedad civil como GAIA (Global Alliance for Incinerator Alternatives), Fronteras Comunes y Greenpeace, integrantes también de la campaña Quemar Basura Mata, reconocieron que “el tema de la gestión eficaz e integral de los residuos cobra cada vez más relevancia a nivel municipal, estatal y nacional, debido a que los gobiernos, con miras a reducir la cantidad de residuos plásticos que llegan a los rellenos sanitarios y a la naturaleza, han buscado implementar programas de Basura Cero y/o prohibiciones a determinados productos para mejorar el manejo de sus residuos sólidos urbanos”.
Greenpeace afirma que la incineración de residuos forma parte del abanico de opciones que los ayuntamientos creen tener para manejar las toneladas de basura que producen a diario, incluidos los residuos de plástico por su poder calorífico como derivados del petróleo, pero ello “representa un peligro latente, pues la incineración trae graves afectaciones ambientales y para la salud humana, así como para las finanzas de los municipios (ya que exigen inversiones muy elevadas) y para la vida de las comunidades cercanas a las plantas”.
La organización sostiene que esta forma de gestionar los residuos a través de su conversión en energía mediante la combustión no es funcional para cumplir este objetivo, dado que este proceso genera también cenizas tóxicas, equivalentes al 25-30 por ciento del total de residuos incinerados, que deberán de todas formas depositarse en rellenos sanitarios, contaminando el suelo y el agua y pudiendo ser inhaladas por las personas.
“La solución no es incinerar los residuos comprometiendo recursos ciudadanos que podrían tener un mejor destino, la solución radica en eliminar la cultura del usar y desechar inmediatamente productos de un solo uso, y por lo tanto legislar para disminuir en el origen y no para hacer convenios con la industria de los plásticos como se está siendo hasta ahora en el Senado”, refiere Greenpeace, al momento de instar a que los gobiernos estatales en Hidalgo, Morelos, Estado de México y la CDMX, entre otros, “respondan negativamente ante la avaricia de quienes creen que quemando la basura, ésta desaparece”.