
Presidenta quiere ley mordaza
Para nadie es un secreto que Cuautepec se ha convertido en uno de los municipios preferidos para las bandas delictivas, especialmente de aquellas que se dedican a la sustracción ilegal de combustible de los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex), actividad conocida como “huachicoleo”, lo que, incluso coloca a nuestro estado en el primer lugar de las entidades donde más tomas clandestinas se han encontrado en los últimos meses. Y la actividad no cesa ni disminuye.
Esta mañana se reportó un enfrentamiento entre policías y delincuentes en la comunidad de Guadalupe Victoria, con saldo de tres lesionados, entre ellos dos mujeres. Los tres relacionados precisamente con el robo de combustible.
El reporte indica que agentes de la Coordinación de Investigación, junto con elementos del Ejército Mexicano y de la Guardia Nacional, ejecutaban una orden de aprehensión pero hubo resistencia que derivó en el enfrentamiento a balazos.
El 9 de junio pasado, por problemas de inseguridad se cerró la presidencia municipal y los comercios aledaños, después que una camioneta de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH), fue incendiada por personas que se oponían a un cateo, precisamente en la colonia Guadalupe Victoria.
Vecinos de la región de Tulancingo, han comentado respecto del vertiginoso crecimiento de negocios antes inexistentes en el centro de Cuautepec y del aumento en el comercio, con importantes flujos de dinero en efectivo. Se presume que es crecimiento económico en la zona deriva de la presencia de grupos dedicados al robo de combustible y que generan la derrama económica que permite ese vertiginoso crecimiento de la economía en el lugar, aunque el costo es demasiado elevado.
También es sabido que el temor de la gente ante la embestida de los huachicoleros impide hacer las denuncias correspondientes y, por el contrario, se han convertido obligadamente en sus aliados, pues son los delincuentes quienes generan ingreso extra a las familias de varias colonias y comunidades, por las que cruzan los ductos de Pemex, con la venta de alimentos, “a la hora que sea”, justo cuando los delincuentes comienzan a operar, que por lo regular es en las noches y madrugadas.
Las autoridades locales poco pueden hacer para contener este flagelo que afecta a varios municipios de la entidad, particularmente de esta zona y del corredor Ixmiquilpan-Tula, donde han sentado sus reales los huachicoleros y su presencia no ha disminuido, a pesar de los esfuerzos de las autoridades por reducir la acción delictiva de los ladrones de combustible.