Ráfagas: Denuncian corrupción en Tribunal de Arbitraje Laboral
Tres hechos sacudieron a la ciudadanía la semana que está por concluir y reflejan el clima de violencia e inseguridad que se vive en esas demarcaciones, lo cual, por desgracia, no es un hecho aislado, como nos han querido convencer las autoridades encargadas de brindar seguridad a los hidalguenses.
Primero, fue en Cuautepec, donde el robo de combustible para su venta ilegal, sigue siendo la principal y más fructífera actividad ilícita en el municipio de Cuautepec, que ha cambiado su rostro para entrar en la modernidad, curiosamente de unos años para acá.
Los lugareños afirman que es producto del “huachicol”, pues ya se observan nuevos comercios, edificios recién construidos, que muestran la “bonanza” económica en la zona,
Pero, a principios de la semana, un grupo de ciudadanos llegó hasta la sede del palacio municipal para causar destrozos y exigir la liberación de algunos ciudadanos “confundidos” con huachicoleros. Hubo enfrentamiento y quema de vehículos.
Otro hecho es la petición a las autoridades federales, de las autoridades municipales de Atitalaquia, donde recientemente un grupo armado intentó “levantar” a un empresario, sin tener éxito, pero en cambio “le metieron seis tiros en el cuerpo”.
Por eso, el alcalde Lorenzo Agustín Hernández Olguín (nota del diario Vía Libre), pidió la presencia de la Guardia Nacional y del Ejército, para frenar la violencia que se ha desatado en la zona, curiosamente también incluida en las regiones de Hidalgo donde el robo de combustible ha aumentado.
No por nada, Hidalgo sigue siendo el estado con el mayor número de tomas clandestinas y donde el robo de combustible, sigue siendo una de las principales actividades ilegales que dejan, importantes ganancias.
Hay versiones en las que se afirma que los “huachicoleros” pagan a los encargados de detenerlos, 80 mil pesos por pipa cargada de combustible robado, para que les dejen el paso libre.
Progreso, alcanzó fama nacional, luego de la muerte de una doctora, que se vio involucrada en un accidente vial y fue remitida a las galeras de la policía local, donde 15 minutos después fue encontrada muerta.
Las autoridades argumentaron que la joven galena se suicidó; los familiares afirman que los policías la violaron y la mataron.
Por esos hechos, siete uniformados han sido detenidos, junto con la jefa de la corporación, para someterse a una investigación con el propósito de conocer la verdad y castigar a los culpables.
Los vecinos se organizaron y claman justicia con la frase: “#Todos somos Bety”.
Y, por si algo faltara, anoche fue victimado afuera de su domicilio en Acayuca, el alcalde de Zapotlán de Juárez, Manuel Aguilar García. La policía investiga.